Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Di María fue el último en bailar un tango en el Real Madrid. La marcha del rosarino al Manchester United ha dejado el vestuario madridista sin representantes argentinos por primera vez en ocho años y segunda en 20. Hace cuatro temporadas había una colonia con El Fideo, Gago, Garay e Higuaín. Ahora, ni rastro.
Desde que Sotero y José Eulogio Aranguren se vistieran de blanco hace más de 100 años (en 1911, concretamente), el Real Madrid se ha nutrido de la garra y el compromiso de los futbolistas albicelestes, que también han contribuido a la construcción de ese ADN tan irreductible y madridista. La figura de Di Stéfano es incuestionable al hablar de esta sociedad transoceánica. Un lazo eterno entre el país sudamericano y el Madrid.
Hasta Di María han sido 29 los argentinos que han vestido la camiseta blanca. Algunos, como el propio Don Alfredo y Jorge Valdano, fueron tanto jugadores como entrenadores del primer equipo. Hubo otro argentino como técnico madridista, Luis Carniglia, entre 1957 y 1959.
Valdano llegó también a ser director deportivo y director general. Su despido hace tres años y el triste fallecimiento de Di Stéfano el pasado verano también han dejado sin representación argentina la zona noble del club.
Tal es la importancia de los argentinos en el Madrid que en nueve de las 10 Copas de Europa hubo un representante argentino. La excepción que confirma la regla fue la Sexta. En las cinco primeras compartieron días de vino y rosas Di Stéfano y Rial. Su paisano Rogelio Antonio Domínguez les acompañó en las últimas tres de las cinco. La Sexta fue plenamente española.
En la Séptima, Fernando Carlos Redondo era el director de orquesta. En la Octava se le unieron Bizzarri y Zárate. En la Novena, el único representante fue Solari, que además es primo de Redondo. El círculo lo cerró Ángel di María en Lisboa, siendo el mejor jugador del partido que supuso la Décima. Este curso, a la espera del mercado invernal, no hay talismán argentino.
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