Redacción: Sergio Hervás
El Real Madrid dominó de principio a fin un encuentro que concluyó con 3-1 en el luminoso, pero que la diferencia podría haber sido mayor por sensaciones.
Las agujas de los relojes peninsulares apuntaban las 16:15h, todas las miradas del mundo del fútbol tanto nacional, como internacionalmente apuntaban hacia el mayor templo del ámbito futbolístico. El Santiago Bernabéu logró paralizar el tiempo para que millones y millones de personas estuviesen pendientes de uno de los mejores espectáculos de la temporada.
Así plantearon el partido los entrenadores
Comenzando por el conjunto local, Carlo Ancelotti volvió a apostar por su once de gala, a excepción de la baja de Courtois, para afrontar el segundo gran partido de la campaña. Así pues, Lunin comenzó bajo palos; línea de cuatro para Carvajal en el lateral derecho, Militao y Alaba como pareja de centrales y Mendy en el lateral izquierdo; en la sala de máquinas, Tchouaméni escoltó como pivote a Kroos y Modric que fueron los interiores; por último, el tridente ofensivo lo formaron Vini Jr, por la izquierda, Benzema, en la punta de ataque, y Valverde por la derecha.
Quizás las dos únicas dudas de Ancelotti con respecto a la alineación para El Clásico era el dilema entre Rüdiger y Mendy; y el qué hacer con Rodrygo en estado de gracia. En la primera de las cuestiones, el técnico italiano volvió a confiar en el francés para la demarcación de lateral izquierdo, manteniendo la dupla formada por Militao y Alaba; asimismo, en el caso de Rodrygo, Carletto no ha terminado encontrándole hueco y ha optado por mantener a Valverde, Benzema y Vini Jr como tridente ofensivo.
Por su parte, el FC Barcelona de Xavi Hernández solventó las bajas con las que contaba para este enfrentamiento alineando a Ter Stegen en meta; línea de cuatro para Alejandro Balde en el lateral izquierdo, Eric García y Koundé en el eje de la zaga, y Sergio Roberto en el lateral derecho; en la sala de máquinas, el capitán Busquets volvió a la titularidad como pivote, justo por detrás de Pedri y De Jong que fueron los volantes; finalmente, los atacantes fueron Raphinha, Lewandowski y Dembele.
El gran error en el planteamiento del técnico catalán fue la titularidad de Sergi Roberto. El futbolista formado en la masía se vio superado una y otra vez por un Vini Jr que desplegó su velocidad en ataque poniendo en jaque a la zaga culé. A pesar de la notoria superioridad del brasileño sobre el español, a la hora de realizar los cambios, Xavi optó por retirar del terreno de juego a un Balde que, para ser su primer Clásico, demostró personalidad y rindió a gran nivel.
Así trascurrió el choque
El pitido inicial del colegiado hizo los honores a uno de los mejores partidos del Real Madrid en lo que llevamos de temporada. Los muchachos de Ancelotti fueron capaces de desarrollar un fútbol cominativo, ofensivo y muy vistoso que hizo que el Bernabéu se volcase, más si cabe, con los suyos. Entre el aliento de los madridistas y el gran partido que estaban llevando los futbolistas, Benzema hizo el primero tras una gran jugada comandada por Toni Kroos y llevada a cabo por Vini Jr. Un contragolpe de esos que gustan por Chamartín fue dirigido por el alemán que tuvo que soportar todo tipo de infracciones (agarrones, zancadillas, tarascadas…), pero aún así Kroos mantuvo el tipo y en el momento preciso, como siempre, habilitó a un Vini Jr que alzó el vuelo. El niño maravilla del Real Madrid, el héroe del Stade de France, el joven con más proyección del momento o Vinicius Jr, como prefieran llamarle, volvió a cabalgar la banda izquierda, su banda izquierda y se aproximó a la meta defendida por Ter Stegen con el gol entre ceja y ceja. Cuando el brasileño se plantó ante el guardameta alemán, intentó batirle con un sutil toque para abrir la lata del choque; sin embargo, el arquero barcelonista detuvo esta primera intentona madridista. Lo que él no sabía es que un gato con hambre de gol, de reivindicarse, de volver a poner su templo patas arriba pidiendo el balón de oro para él, andaba suelto por el feudo blanco. Benzema acudió al rescate y remató la jugada para subir el primero al luminoso y poner por delante a los locales en los primeros compases del juego.
Tras el gol de Karim, el Real Madrid optó por cederle el esférico al conjunto azulgrana a sabiendas de que con la posesión en campo propio el Barça no les haría daño. El conjunto visitante tocó y tocó, pero en ningún momento inquietó a la zaga merengue. Una zaga que, viniendo al caso, estuvo en todo momento capitaneada por un MIlitao que se mostró intratable ante el máximo goleador de LaLiga, un muro absolutamente infranqueable.
El paso de los minutos devolvió al Real Madrid el dominio del partido no solo en el marcador sino también en cuanto a las ocasiones y la posesión. De este modo llegó el segundo de los locales. Otra acción de Vini Jr que aprovechó un error en la zaga culé, concluyó con un zapatazo de Valverde que resultó inapelable para Ter Stegen. El uruguayo volvió a erizar los cabellos de todos y cada uno de los madridistas demostrando su sentimiento, su corazón blanco y su entrega por esa camiseta con su celebración final.
La superioridad madridista se mantuvo sobre el verde, pero el marcador no volvió a moverse hasta la finalización de los primeros 45 minutos.
Tras la vuelta de vestuarios, las consignas parecían estar muy claras. El FC Barcelona trataría de anotar en los primeros minutos de este segundo acto; mientras que el Real Madrid aguantaría formando un bloque muy compacto para castigar a la contra y sentenciar el encuentro. No obstante, los minutos fueron pasando y nada parecía cambiar. Los merengues continuaban mostrándose superiores y, los visitantes, impotentes, buscaban a la desesperada un gol que pudiese meterles de lleno en el partido. No fue hasta el minuto 83 cuando el Barça logró recortar distancias en el luminoso. Una acción individual de Ansu Fati por banda y un despiste defensivo de los blancos hizo que Ferrán solo tuviese que empujarla para poner el 2-1 en el marcador.
Sin embargo, Ferrán debió pensar antes de actuar; debió reflexionar antes de celebrar en el Bernabéu llevándose las manos a las orejas en un acto de provocación a la grada madridista en un partido que, para colmo, estaban perdiendo…; en definitiva, Ferrán debió tomar consciencia de que se estaba enfrentando al vigente campeón de España y de Europa. Así pues, apenas 10 minutos después, Eric García cometió un penalti clamoroso sobre Rodyrgo y el VAR asistió al árbitro para que señalara la pena máxima. Sin Benzema, Vini y Modric sobre el verde, el joven talento brasileño asumió la responsabilidad del lanzamiento y la ejecutó a la perfección. El 21 madridista estrelló el esférico al fondo de las mallas para sentenciar El Clásico y gritar bien alto que el Real Madrid vuelve a ser el líder de LaLiga.