Redacción: Sergio Hervás
El Real Madrid volvió a dormir líder en su última noche de 2022 tras vencer 0-2 ante el Valladolid
El calendario señalaba el 30 de diciembre, los relojes afirmaban que las 21:30 horas habían llegado y, justo entonces, el mundo se detuvo porque el Real Madrid volvía a disputar un partido de LaLiga. El último encuentro del año enfrentaba a madrileños y vallisoletanos en la decimoquinta jornada de la competición nacional.
Las alineaciones
Comenzando por el conjunto local, el cuadro pucelano partió con Masip bajo palos; línea de cuatro para Escudero en el lateral izquierdo, Joaquín Fernández y Javi Sánchez en el centro de la zaga, e Iván Fresneda en el lateral derecho; en la sala de máquinas, Roque Mesa escoltó a Monchu y Álvaro Aguado que partieron como interiores; finalmente, el tridente ofensivo lo formaron Óscar Plano, Iván Sánchez y Sergio León, como referencia ofensiva. Pacheta salió con todo para dar la sorpresa y rascar algo positivo del encuentro ante el vigente campeón.
Por su parte, Carleto supo administrar a la perfección el estado físico de sus futbolistas teniendo en cuenta que muchos venían de disputar un Mundial y, el resto llevaban bastante tiempo sin competir a un cierto nivel. Así pues, Courtois comenzó en meta; línea de cuatro en defensa para Carvajal en el lateral derecho, Rüdiger y Alaba en el eje de la zaga; y Mendy en el lateral zurdo; en la sala de máquinas, Kroos hizo de Tchouaméni, formando como pivote por detrás de Valverde y Ceballos que fueron los volantes; en última instancia, el tridente ofensivo lo formaron Vini Jr, Benzema y Asensio.
Así transcurrió la primera parte
A priori, el Real Madrid partía como principal favorito, pero desde que comenzó a rodar el esférico por el verde del José Zorrila, la contienda se igualó hasta tal punto que, podría afirmarse que el Valladolid tuvo las más claras en el primer acto. Tal vez, lo más destacable por parte e los blancos en su vuelta tras el paró fue la figura de Thibaut Courtois. El belga volvió a resultar determinante para mantener con vida a los suyos y llevó a cabo dos paradones que parecían realmente insalvables.
El paso de los minutos hizo que los pucelanos fueran perdiendo fuelle y, simultáneamente, se desesperaran al sentirse superiores, pero sin ninguna recompensa en el luminoso. El físico de los blancos empezó a hacer su efecto y el Real Madrid comenzó a tomar los mandos del partido al filo de la conclusión del primer tiempo.
Un Madrid muy superior en la segunda parte
Los segundos 45 minutos prolongaron la tónica general con la que había finalizado la primera parte, es decir, los merengues se mostraban superiores, pero tampoco eran capaces de llegar con claridad al área vallisoletana. No obstante, un córner cabeceado por Antonio Rüdiger, que estaba siendo, junto a Courtois, de lo más destacable en el cuadro madridista, golpeó en la mano de Javi Sánchez, por lo que el árbitro tuvo que señalar la pena máxima. En realidad, cabe destacar que al Real Madrid ya se le debería haber pitado un penalti en la primera parte por mano de este mismo futbolista, del canterano blanco, sin embargo, el colegiado hizo caso omiso a las protestas y reclamos de los merengues y ni siquiera revisó la acción.
Regresando a lo que nos atañe, Karim Benzema volvió a mostrarse infalible y subió el primero al marcador. A partir del gol del vigente balón de oro y la expulsión de Sergio León por increpar al cuarto árbitro, el partido se abrió y llegó el momento de Eduardo Camavinga. El 12 blanco, en la noche de ayer, dio un auténtico recital de fútbol, de despliegue físico, de velocidad, de romper líneas, de dar el último pase… en definitiva, volvió a dejarle claro al mundo entero quién es el verdadero “Golden Boy”. En una de sus inmejorables intervenciones, hizo una pared con Modric y humilló en velocidad al defensor pucelano dejándole varios metros atrás para, finalmente, tener la sangre fría de levantar la cabeza y asistir al capitán madridista para que anotara el segundo. El descarte de Deschamps volvió a enviarla al fondo de las mallas para gritar bien alto que si él hubiera disputado esa final del Mundial, las cosas habrían sido radicalmente diferentes.
De este modo, con un Real Madrid volcado en ataque y con un Eduardo Camavinga estelar, se llegó a la conclusión del partido. El cuadro blanco volvió a sumar de tres en su último partido de 2023 y durmió líder a expensas de lo que haga el FC Barcelona en la noche de hoy.