Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
El tiempo parece dar la razón a todos aquellos que dieron por bueno el traspaso de Mesut Özil al Arsenal por 50 millones de euros. El talentoso jugador alemán sigue sin demostrar su calidad en las noches importantes y ayer se pudo ver una buena muestra de ello. El talentoso jugador alemán mostró su categoría con cuentagotas y falló un penalti decisivo ante el Bayern que puede resultar decisivo de cara a la eliminación del Arsenal a manos del conjunto de Pep Guardiola.
Mesut Özil emuló anoche una vez más al ‘desaparecido Wally’ y en el encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Emirates Stadium se le pudo ver muy poco. En el primer tercio del partido se pudo ver al Mesut que los ‘gunners’ desearían. Un hombre que coge las riendas de su equipo y que aporta al conjunto en consonancia con lo que ha costado el traspaso más caro en la historia del conjunto londinense.
Sin grandes alardes, el centrocampista germano sí fue ese futbolista desequilibrante capaz de inquietar al Bayern Munich e incluso provocó un penalti. Pero cuando él mismo decidió lanzar la pena máxima las luves se le apagaron. La responsabilidad pareció pesarle demasiado y Neuer no tuvo problemas para despejar con un manotazo el flojo disparo de Mesut. A partir de entonces, Özil, quizá apesadumbrado por su error, cayó en la melancolía una noche más y no se volvió a saber de él durante el resto del choque.
Nadie duda de la calidad del que fuera ‘mago’ del Bernabéu, pero en partidos como el de anoche se le exige mucho más. No en vano, su sueldo de 8,5 millones de euros es propio de un líder que está obligado a echarse a su equipo a la espalda. Cada vez son más los que piensan que su elección- o quizá la de su padre- de escoger el dinero y la titularidad por decreto por delante de un proyecto ganador puede haber sido el mayor error de su carrera.
