«FLORENTINO NO ME FICHÓ POR NO PAGAR LO QUE SE PACTÓ CON SANZ»

REDACCIÓN:NOELIA PINTO CERVERO-TRIBUNAMADRIDISTA

A qué se dedica Diego Tristán tres años después de retirarse? Acabo de terminar el curso de entrenador nacional, y en verano ya podría ejercer, y desde hace un tiempo, muy implicado en el equipo de mi pueblo.

¿Por qué decidió involucrarse en el Atlético Algabeño (La Algaba, Sevilla)? Después de retirarme, surgió la posibilidad de entrar en el Betis: estaba muy ilusionado con el puesto que me iban a dar, el de tecnificación de delanteros. Quería, incluso, compatibilizarlo con lo de entrenar en mi pueblo, pero no prosperó. Entonces, mientras acababa el curso de entrenador, me uní a un grupo de gente joven de La Algaba y decidimos entrar en el club y darle un nuevo impulso.

Tengo entendido que hace usted de todo… Casi hasta de utillero, ¡jajaja! Entreno a un equipo alevín, hago tecnificación para los delanteros del Juvenil y el equipo sénior (en Primera Andaluza)…

Como presidente, ¿ha tenido que poner dinero de su bolsillo? De momento, no. Tenemos 17 equipos, sin contar los de iniciación, que son otros tres o cuatro, y por ahora nos llega con la subvención del Ayuntamiento y las pequeñas cuotas de los socios: tenemos unos 350 niños y van todos con su ropa del club, incluso se da una pequeña ayuda a algunos de nuestros entrenadores.

Hablemos de su pasado. ¿Por qué se enfrentó a Lopera? Yo me entrenaba con la primera plantilla del Betis que dirigía Luis Aragonés y parece ser que me seguían algunos clubes. Entonces, el club me ofreció un contrato con una cláusula de rescisión de 2.500 millones de pesetas y de 10 años de duración: iba a ganar una miseria e hipotecaba mi carrera deportiva…

Siga… Le dije al club que no me importaba ganar lo que me ofrecían, pero si en dos o tres años mejoraba, que subieran mi ficha, y si no, que me dejaran ir a otro club, pero se negaron. En plena negociación, el Mallorca me ofreció un contrato de cuatro años, con unas cantidades muy superiores. El Betis, entonces, me apartó de entrenarme con la primera plantilla, incluso con el filial, lo iba a hacer a partir de ese momento con el Juvenil, pero Luis (Aragonés), que se portó muy bien, me mantuvo en su disciplina de entrenamientos. Yo quería jugar en el equipo de mi tierra, pero con todo el dolor de mi corazón tuve que marcharme.

¿Qué ocurrió al llegar al Mallorca? Yo fiché para el primer equipo, pero jugué mi primera temporada en el filial, haciendo pareja con Albert Luque. Parece ser que el entrenador, Héctor Cúper, no contaba conmigo, que había fichado al ‘Chupa López’ y a otro delantero argentino. Fue un palo.

¿Y cómo se solucionó? Intervino la directiva, con Mateo Alemany y Pepe Bonet a la cabeza, y me convencieron para jugar en el filial ese primer año. Incluso, antes de llegar a diciembre, me subieron la ficha al doble, y me prometieron que la siguiente temporada, fuera quien fuese el entrenador, yo sería jugador de la primera plantilla.

En la temporada 1999-00 marcó 18 goles, Lorenzo Sanz le incluyó como fichaje de su candidatura, pero Florentino Pérez ganó las elecciones a la presidencia del Real madrid. ¿Por qué no lo fichó? Yo no quería ir al Madrid por ninguna candidatura, sino que me fichara la Gestora, como hizo con Munitis, pero Lorenzo Sanz y el dueño del Mallorca, Antonio Asensio, eran consuegros y lo acordaron así. Yo acepté porque el Mallorca me prometía el mismo contrato que me ofrecía Lorenzo Sanz si no salía reelegido. Después, parece ser que Sanz le ofreció el contrato a Florentino, pero éste se negó a pagarme esas cantidades.

Se dijo que hubo algo más: ¿es cierto que Florentino Pérez tenía informes de actitudes suyas poco decorosas? No lo sé, en cualquier caso, un episodio más en mi carrera. Fue una faena, porque mi gran ilusión era jugar en el Madrid.

No volvió a Mallorca y se fue al Deportivo, donde vivió sus mejores años como futbolista. El Deportivo no era la mejor opción, en un primer momento, pero, sin duda, fue la mejor decisión que pude tomar en mi carrera: he jugado con unos grandísimos futbolistas, desde el ‘Flaco’ (Valerón), con el que tenía y tengo una gran relación, a Djalminha, pasando por Makaay, Mauro, Romero, Naybet, Sergio… Allí he disfrutado mucho del fútbol.

Oiga, el Deportivo de aquella época tiene partidos memorables… y usted también. ¿Cuáles son sus mejores recuerdos? Muchos. La final de Copa ante el Real Madrid (el ‘Centenariazo’), los subcampeonatos de Liga, el trofeo que logré por ser máximo goleador en 2002, aquellos intensos y gloriosos partidos que disputamos en Liga de Campeones ante la Juve, el Manchester, el Bayern de Múnich… Fueron mis mejores años como futbolista. Pero, sobre todo, me quedo con la convivencia del día a día en aquel vestuario.

Le ha perseguido siempre una fama de indisciplinado y disoluto. ¿Cuánto de verdad hay en esa mala reputación? Sólo le puedo decir que se me atribuye más de lo que he hecho. He sido un futbolista famoso para lo bueno y lo malo. Dicen que he sido rebelde… bueno, cada uno es como es, pero también maduramos. No niego que haya salido y me he ido de fiesta, pero como muchos futbolistas. Sabe que es lo importante, que voy por la calle y me siento querido por la gente.Alguna vez he escuchado que si Diego Tristán hubiera tenido una vida más centrada, hubiera llegado más lejos… Es posible, no voy a negarlo, pero me siento muy orgulloso de lo que he hecho en mi carrera como futbolista.

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