ALEMANIA HACE HISTORIA A COSTA DE BRASIL

REDACCIÓN: NAZARIO DÍAZ

 

Crónica del encuentro de semifinales, Brasil 1-7 Alemania

Goles: 0-1, 10′: Müller, 0-2, 22′: Klose, 0-3, 23′:Kroos, 0-4, 25′: Kroos, 0-5, 28′: Khedira, 0-6, 69′: Schürrle, 0-7, 79′: Schürrle, 1-7, 90′: Óscar

 

 El fútbol es un estado de ánimo y hoy la ambición tumbó a la incertidumbre. Alemania salió desde el final del partido de cuartos ante Francia con ganas  de comerse el balón y de paso a todo Brasil (público incluído).  Los teutones lograron hacer historia eliminando a la selección anfitriona de este Mundial con la goleada más grande recibida por la canarinha en toda  su existencia. Brasil 2014 ya tiene a su finalista. Que tiemblen Holanda y Argentina. No hubo homenaje oficial a Di Stéfano por parte de la FIFA pero los alemanes se encargaron de brindarle un partido de fútbol a la altura de su leyenda. Fue por ti, viejo.

 

Arrancó el partido bajo los gritos de miles de hinchas brasileños en Mineirao. El público ha sido hasta ahora la gran baza de un conjunto de juego pobre y de plantilla de calidad limitada. Mermados por las ausencias de Neymar y Thiago Silva, los dos pilares de  la selección de Felipao Scolari, el partido se antojaba  cuesta arriba, pero nadie imaginaría que tanto.

Alemania daba muestras de superioridad desde el minuto 1 y fue en el 10 cuando, tras un córner botado por Kroos, Müller firmase su quinto tanto en este Mundial (su décimo en esta competición) en un despiste defensivo brasileño indigno de una semifinal de Copa del Mundo. La zaga de Brasil (en especial Marcelo y Dante) fue un pozo sin fondo que los mediocentros o delanteros tampoco supieron cubrir con ayudas en defensa.

El gol inicial fue la mecha que prendió fuego a toda la artillería alemana. En el minuto 22, Miroslav Klose acudió a su cita con la eternidad para, con 16 tantos, colocarse como el máximo goleador de la historia de los Mundiales superando a Ronaldo Nazario. En apenas 69 segundos, Kroos firmó el doblete más rápido en esta competición, en jugadas que nacerían de las botas del que quizás sea su futuro compañero de vestuario, Sami Khedira. Sería apenas 3 minutos después cuando el ex del Stuttgart anotase su gol particular para culminar una primera parte de ensueño y seis minutos de fútbol total donde Alemania logró marcar cuatro goles a los brasileños.

Con la afición en contra y la moral hundida por un 0-5 en el marcador a los 29 minutos de partido, Brasil solo pensaba en el túnel de vestuario. Scolari buscó la revolución y la arenga tras el descanso con el interés de maquillar el abultado marcador, y habría sido así de no ser por un Neuer en estado de gracia cuando su defensa lo necesitó. El arreón de Brasil duró lo que una caipirinha en Copacabana. Low dio aire fresco al equipo y entró Schürrle a la punta de ataque. El del Chelsea anotó dos goles en diez minutos que dejaron a Brasil en la más profunda miseria futbolística y social (la gente comenzaba a volver a su realidad, lo que llevó a que tras el partido hubiese disturbios). Ya en el descuento, Ozil, que fue de lo más discreto de los germanos, erró un mano a mano clarísimo y fácil frente a Julio César que habría supuesto el 0-8 en el marcador. En la siguiente jugada, Óscar anotaría el gol del honor más deshonroso de la historia del fútbol con un estadio entre vacío y enfurecido.

Alemania ya ha sacado sus tanques a pasear. En el horizonte de la gloria futbolística estará la final ante Holanda o Argentina, a quienes no les faltan motivos para temblar.

 

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