Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com / Imágenes: El Marcador JM Surroca
Atrevido a pesar de sus veinte años, Sergi López lograría la primera medalla de España en los Juegos de Seúl 1998, unos Juegos celebrados ya sin los Boicot que marcaron los Juegos de Moscú 1980 y los Juegos de Los Ángeles 1984, dos olimpiadas donde España rindió a un gran nivel y dejó patente que aunque lejos de las grandes potencias también destacábamos en los Juegos y que además, cuatro años después albergaríamos los Juegos de Barcelona 1992.
Ese descaro y ese salto de calidad que daríamos en nuestras olimpiadas tuvo quizás un pionero en Seúl 1988, en concreto, el nadador Sergi López, de sólo 20 años de edad y criado deportivamente en Barcelona 1992 aunque posteriormente, perfeccionando en Estados Unidos su estilo, a manos de un experimentado entrenador, Don Counsilman que antes de entrenar a Sergi había dirigido la carrera de un tal Mark Spitz que logró hasta nueve medallas olímpicas.
Precisamente, en Indiana y junto a estos dos grandes de la natación, Sergio batió hasta tres veces el récord de España en los 200 braza, la prueba que le daría la medalla de Bronce en Seúl 1988.
Sin embargo, enfrente estaban consagradísimos campeones como el húngaro Szabo, el británico Gillingham o el norteamericano Barrowman sin olvidar al soviético Lozik.
Un tercer puesto en la semifinal y con un tiempo de 2:17.06, Sergi López se coló en la final entre el elenco de enormes campeones de ahí que el bueno de Sergi López no contaba, a priori, para los metales.
Sin embargo, la osadía y el descaro de la juventud unido a la técnica de Sergi hicieron la machada en una final donde Lozik que fue claramente de más a menos perdió posiciones mientras que el húngaro Szabo comandó la prueba y fue Oro, el británico Gilligham que sólo superó al final a Sergi fue Plata y un segundo después y por delante del norteamericano Brarrowman, Sergi López fue Bronce.
Sin duda, López criado en España pero perfeccionado en Estados Unidos dejaba patente que el producto nacional como lo mencionó Fernando Carreño en su libro Héroes Olímpicos Españoles tenía en el futuro mucho y muy bueno que decir. Comenzaba el camino hacía el éxito de Barcelona 92.