RAFA NADAL EN SEMIFINALES Y ASEGURANDO EL NÚMERO 1 DEL MUNDO

Crónica-Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

A Novak Djokovic no le ha valido un final de temporada inmaculado, donde encadena 18 partidos ganados, para recuperar el primer puesto del ranking mundial que perdió el 7 de octubre después de que Rafael Nadal alcanzara la final del Open 500 de Pekín. Nadal, con los 400 puntos sumados en los dos primeros partidos de la Copa Masters, ante David Ferrer y Stanislas Wawrinka, se asegura terminar por delante de los demás por tercera temporada. Ya lo hizo en 2008 y 2010.

De hecho, el manacorí, con 73 victorias en 2013 por tan sólo seis derrotas, es el primer tenista que acaba por tres veces como número 1 después de haber perdido esa condición. Ivan Lendl y Roger Federer lo logaron por dos veces. Lendl, en 1987 y 1989, y el suizo, en 2007 y 2009.

La Copa Masters siempre ha sido históricamente un objetivo lejano para Nadal, por las alturas de la temporada en que se disputa y por la superficie de juego. Rafa, al que le falta la corona de maestros para tener todos los grandes títulos en su palmarés, se clasificó para las semifinales del domingo, a falta de un partido del ‘round robin’ del grupo A que le enfrentará el viernes con Tomas Berdych. Cabe recordar que el checho tiene el fin de semana del 15 al 17 la final de la Copa Davis en Serbia donde la Republica Checa acude a defender la Ensaladera de plata.

Nadal derrotó a Wawrinka en dos sets, por 7-6(5) y 7-6(6). El suizo es una de las víctimas favoritas del español, no en vano le ha derrotado en los 12 enfrentamientos en los que su rival no ha sumado un solo set de los 26 disputados. Con 107 semanas liderando las listas ATP, a tan sólo dos de Björn Borg, al que ya habrá superado cuando llegue el próximo ‘Grand Slam’ en Australia, el balear tiene renta suficiente para ser número 1 como mínimo hasta la temporada europea de tierra batida que se inicia en el mes de abril con el Masters 1.000 de Montecarlo.

Al helvético, que ganó el sorteo, no le dio miedo empezar sacando. De hecho, se apuntó el primer juego en blanco, asombrando con su revés de tiralíneas, de los que quedan pocos en el circuito una vez se retiró Gastón Gaudio. Ambos protagonistas mantuvieron el servicio hasta el quinto juego. Rafa dio primero gracias a una doble falta del rival. Stan, debutante en el torneo de maestros, tenía poco que perder y mucho que ganar. En el décimo juego, firmaría las tablas cuando Nadal sacó para set. Éste recibió entonces la primera amonestación por tiempo de Carlos Bernardes. El desenlace se fue a la muerte súbita, escenario donde el español se mueve como pez en el agua.

Wawrinka estaba 5-4 arriba antes de encajar tres puntos seguidos, los dos últimos con una recuperación imposible del número 1 y, el segundo, con un pasante de derecha que vino precedido de un resbalón en la red del suizo cuando tenía la jugada ganada. Lo ira adquirida por tal infortunio la pagó la red y la raqueta. La historia, al tenista que ha vivido a la sombra de Roger Federer, le sonaba a repetida. 25 sets jugados contra el mismo adversario y otras tantas derrotas. Tenía la sensación de que estaba jugando como nunca, ya le pasó en el último Masters 1.000 de Shangái, y estaba perdiendo como siempre. Todas las acciones intrascendentes caían de su lado y las importantes del otro.

Los errores no forzados, algunos de ellos clamorosos, estaban condenando al helvético que, sin embargo, recibía el calor del público que abarrotaba el O2. En Londres da igual que juegue Andy Murray o que el partido esté programado en horario de oficina. El aforo se llena incluso para los dobles. Fernando Verdasco y David Marrero, verdugos de Radek Stepanek y Leander Paes, campeones del últimos US Open, se habían metido en sus primeras semifinales del Masters antes que Nadal.

Otro ‘break’ en el cuarto juego del segundo set parecía acelerar el desenlace y la coronación de Rafa, algo que era sólo cuestión de tiempo, como el mejor tenista de 2013. Wawrinka, en un último esfuerzo, más mental que tenístico, remontó de un 4-1 a 4-4. La segunda muerte súbita decidiría el ganador. Fue Nadal después de levantar un punto de set, con 6-5 abajo.

 

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