Redacción: Luis Miguel Plá |
A pesar del empate sin goles, en el Emirates londinense se vivió un auténtico espectáculo de fútbol de ataque, en el que ambos equipos demostraron sus fortalezas y carencias de cara a esta nueva temporada.
Las numerosas ocasiones de gol que hubo, fueron desbaratadas por los palos, por la mala suerte y por el árbitro, provocando un resultado final de gafas, que para cualquiera que haya visto el partido le resultará increíble.
Después del horrible partido que disputó contra el West Ham, el portero del Arsenal Petr Cech, se reivindicó ante su afición, mientras que en la portería del Liverpool era Mignolet el que salvaba a su equipo con dos intervenciones milagrosas ante Giroud y Ramsey.