Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
El defensa del Barcelona Gerard Piqué se ha disculpado por las expresiones desafortunadas» que profirió a los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona que multaron a su hermano,
en un incidente por el que la fiscal le pide una multa de 900 euros y la acusación particular de 10.500 euros.
En el juzgado de instrucción número 5 de Barcelona ha quedado visto para sentencia el juicio rápido por este caso, ocurrido la madrugada del 13 de octubre de 2014 en una zona de ocio del Port Olímpic de Barcelona, en el que la fiscalía y la acusación particular, ejercida por la Guardia Urbana, acusan al internacional azulgrana de una falta de respeto a la autoridad.
Piqué, que no ha acudido al juicio -no estaba obligado al ser un caso de faltas-, ha entregado a través de su abogado una carta a la juez en la que reconoce que utilizó expresiones «desafortunadas», por las que se disculpa, reconoce que se equivocó y se compromete a intentar que no se vuelva a repetir un incidente parecido.
No obstante, el futbolista alega en la carta que no reconoce todas las expresiones que se le atribuyen en el atestado, y que han ratificado en el juicio los dos agentes, que aseguran que les dijo que la Urbana le daba «asco», que le multaban porque le tenían envidia, que ponían
sanciones porque iban a comisión y que no pagaría la multa porque llamaría a su jefe.
Uno de los agentes ha explicado que vieron un coche que llevaba unos veinte minutos mal aparcado en la zona del Port Olímpic, con varios ocupantes en su interior, por lo que decidieron multarle, ya que entorpecía el tráfico en una zona donde pasaban autobuses nocturnos y ambulancias que se dirigía hacia el Hospital del Mar.
Cuando el agente se acercó, identificó al conductor del vehículo, que era Marc Piqué -el hermano del central azulgrana- y le comunicó que le iban a multar. Mientras el hermano permaneció en todo momento en el interior del vehículo, Gerard Piqué -al que el urbano reconoció- salió del coche y, de forma muy alterada, según el agente, le rodeó con el brazo por los hombros y le preguntó: «¿Vas a multar a mi hermano? Sólo llevamos dos minutos aparcados».
Cuando el urbano le dijo que sí que le iba a multar ya que llevaban veinte minutos mal estacionados, el futbolista se alteró y le empezó a increpar, con expresiones como que los urbanos sólo estaban allí «para joder», que sólo multaban porque iban a comisión y que le sancionaban porque le tenían envida porque era famoso.
El urbano, que en algún momento de su declaración ante la juez se ha quedado en blanco, ha indicado que Piqué también les espetó que sentía «vergüenza» por la labor que llevaban a cabo, que no tenían «dónde caer muertos» y que haría una llamada a su jefe: «Yo esta multa no la pago. La va a pagar tu padre».
Una vez que el agente pudo rellenar la multa y entregarla a Marc Piqué, su hermano Gerard la cogió, hizo con ella una pelota con las manos y la arrojó a los pies del agente. «Era como si se divirtiera con ello», ha recordado hoy el policía.
Su compañero ha confirmado que el futbolista invadía continuamente el espacio vital de los agentes, ya que se les acercaba mucho y mantenía una actitud «entre desafiante y faltando el respeto, entre pasota y chulesca». Ambos agentes han reconocido que le comunicaron directamente al conductor que le iban a sancionar por estar mal estacionado, sin advertirle previamente de que si no se iba le sancionarían, y han defendido que no siempre tienen
que avisar a los infractores.
Al cabo de unos días, Piqué colgó un mensaje en las redes sociales en las que aseguraba que se habían «exagerado» mucho sus palabras pero, parafraseando al Rey Juan Carlos, concluía: «lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir», en unas disculpas que los agentes interpretaron de nuevo «como una mofa».
El abogado del futbolista ha destacado que Piqué se ha disculpado y ha reconocido expresiones «desafortunadas», pero ha insistido en que existe una «absoluta discrepancia» entre lo que el jugador reconoce que dijo y lo que le atribuyen los urbanos en el atestado.
Además, ha subrayado que, pese a que el incidente congregó a varios curiosos y constan varios vídeos con fragmentos de la discusión, en ninguno de ellos se pueden apreciar las expresiones vejatorias que le atribuyen en el atestado, ya que se limitó a denunciar que les multaran sin haberles avisado previamente.
Por contra, la fiscal, que ha afeado a Piqué su actitud y sus aspavientos, considera que el relato de los urbanos es «creíble», por lo que reclama para el futbolista una multa de 900 euros (30 días con una cuota diaria de 30 euros), atendiendo a que se trata de una persona pública «con una notoria capacidad adquisitiva».
El abogado Andrés Maluenda, que ejerce la acusación particular en nombre de la Guardia Urbana, ha elevado su petición de multa hasta los 10.500 euros (35 días con una cuota diaria de 300 euros), al considerar que es más proporcional a la gravedad de los hechos ocurridos y al sueldo del futbolista.