Redacción: Adrián González
Se fue al parón el Real Madrid con muchísimas dudas, los resultados se habían estancados y había que dar una vuelta de tuerca, algo que en esta semana han conseguido hacer los pupilos de Ancelotti, con una maestría asombrosa y una facilidad que parece insultante para el rival que tiene que sufrirla.
Hay varios factores, pero es imposible no destacar a Mendy, quien llevaba desde mayo sin jugar y le han hecho falta dos partidos para demostrar por que la defensa cambia si juega. Al margen del drama del lateral derecho, que vivirá un nuevo capítulo con Carvajal recuperado, da la sensación de que Ferland ha venido para cerrar la banda, y que los rivales se lo piensen dos veces antes de atacar por ahí.
Este hecho devuelve a Alaba a la posición de central de manera definitiva, pese a que el lateral izquierdo posiblemente le siente mejor, pero es lo que hay. El austriaco ya no tiene que preocuparse por lo que pase por su banda, pues sabe que no habrá peligro. Esto, sumado a los partidos que lleva ya disputados con Militão provocan que se esté consolidando una pareja de centrales que puede dar mucho de que hablar y poco de que encajar.
Poco que añadir sobre el gol que marca, una muestra más de jerarquía y liderazgo, donde solo le faltó darse la asistencia para hacerlo todo. La jugada es magnífica, pero su recuperación, carrera y posterior disparo son una prueba evidente de lo que es, un jugadorazo en mayúsculas.
Otro factor innegable es la recuperación de Kroos, que vuelve a llevar la manija del centro del campo blanco y a juntarse con un espectacular Modrić, que ha cumplido 400 partidos, y un Casemiro al que cada vez le debe quedar poco para recuperar su mejor y más alto nivel.
Pese a todo esto, sin ninguna duda el elemento indispensable volvió a ser el que lleva desde principio de temporada siéndolo, la bala brasileña, Vinícius Júnior. Nueva exhibición, esta vez ante un rival como el Barcelona y un campo como el Camp Nou. No hay forma de ocultar a este jugador, tampoco de pararlo, ha llegado por fin a la élite y se está convirtiendo en una estrella. Al otro lado del campo miraba Ansu Fati, que no pudo llevarse los focos ante un jugador que parece tocado por una varita mágica, y que se ha destapado como el jugador dispuesto a cargarse el Real Madrid sobre los hombros.
5-0 en Champions, 2-1 en el Clásico y un récord que llevaba años sin romperse. Este Madrid empieza a carburar, Carletto se ha puesto el casco y no hay quien pueda parar a este equipo, que promete grandes ilusiones, pero sobre todo, muy buen fútbol y muchas porterías a cero.