La opinión: Paula Ellazar/latribunamadridista.com.
Gran partido el que hemos presenciado del Maccabi de Tel Aviv contra un Real Madrid más que en forma, colocándono a unos pasos menos de la Final Four en Londres, gracias a un espectacular resultado de 79 a 53, para nuestro gran equipo blanco.
Antes del partido, se barajaban varias posibilidades sobre el juego del equipo israelí, ya que supuestamente era más débil, pero ganó los últimos seis partidos, que no es nada que despreciar, y porque contaba con un gran anotador, el norteamericano Hickman.
No sólo él era un jugador digno al que enfrentarse, sino que el Maccabi, es un equipo fuerte, bueno en el enfrentamiento uno a uno, jugando por los exteriores, un equipo que le gusta presionar y muy ágil en la línea de tres puntos.
Según el entrenador del Real Madrid, Pablo Laso, hay que tener mucha paciencia defensiva, intentar que dejen de estar cómodos y busquen defenderse.
Al principio del primer tiempo, pudimos ver al equipo blanco cómo defendía y contraatacaba con ferocidad al equipo de Tel Aviv, pero poco duró, ya que rápidamente remontaron el equipo contrario. Iban dominando la cancha por igual, la posesión del balón era igualitaria. Consiguieron anotar y sobrevivir a algún que otro tapón, pero también perdieron algún que otro tiro, por la falta de concentración, acabando el primer cuarto 14-23.
Pero en las siguientes partes, fueron dignos de su escudo. Jugaron la defensa como el equipo contrario, por los exteriores, aplacando a todo jugador, recuperando rebotes de manera instantánea y contraatacaban con gran velocidad y es que llegaron a recuperar unos 40 rebotes. Llull, una de las estrellas del partido, por sus pases, ha sabido manejar la situación, escabulléndose de todos los del equipo contrario. Rudy, hizo gala de sus anotaciones, destacando los triples que anotaba. La defensa era más que impecable, un equipo multiplicado sitiaban la canasta.
Jugaron con pases más largos y por el exterior, mientras más presionaba el equipo contrario, más se notaban los nervios y es muy probable que fuera ese el factor que lo descontrolara, alcanzando un 38-27 para nuestro Real Madrid.
En la segunda parte del partido, un confiado Real Madrid, no bajaba la guardia. Vieron un equipo israelí que presionaban más, pero aquí nuestro equipo se creció, manteniendo una puntuación alta, con pases enredados, como equipo, evitando los enfrentamientos uno a uno.
Se llegó a la máxima diferencia de 76-47, un gran estimulante para los seguidores de este equipo, que bajo las indicaciones de Pablo Laso y su capitán Felipe Reyes, iban haciéndose camino a la Final Four de Londres y poniendo nervioso a un equipo que cada vez fallaba otra y otra vez, casi regalando el balón. ¿Será la calidad del Maccabi la que no le ha permitido igualarse a este Real Madrid? Por una parte sí, pero por otra parte, contamos con un equipo inteligente, con sólo 10 asistencias, que sabe de técnicas y estrategias, que ha sabido controlar la tensión, que han sabido ajustarse a sus movimientos y nos han llevado a un 79-53.
¡¡Enhorabuena chicos!!
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