Opinión: Kelia Vidarte/LaTribunamadridista.com
Maracaná tiene algo y ese algo se llama magia. La naturaleza, música y samba fueron los protagonistas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Brasil 2016. Baile, música brasileña, carnaval, samba y una oda a la bossa nova finalizó con el encendido del pebetero por parte del exatleta Vanderlei Cordeiro de Lima, ante la ausencia de Pelé por motivos de salud.
Fueron cuatro horas de espectáculo, de coloridos, de iluminación, de sentidos que hizo que los brasileños sientan orgullo. El estadio se convirtió en una marea de emociones cambiantes, donde se reflejaban las distintas temáticas sin la fastuosidad y grandilocuencia de Pekín y Londres
Se narró el origen de la vida, la conquista de territorios, la pluma que guarda la historia. Indígenas, representación de la Amazonia, planeta musical, cada muestra del arte desprendido por los cariocas nos enamoraba.
El espectáculo arrancó tras el mensaje de bienvenida y la entonación del himno brasileño por parte del cantante Paulinho da Viola, que irradia samba. Todo empezó con una cuenta atrás en forma de mosaico y una masiva batucada. El primer número una coreografía con papel, una metáfora de la facilidad de los brasileños para hacer de la necesidad virtud y con muy poco crear algo grande.
El lema ‘El inicio de la vida’ fue reinvindicado. El pueblo y la naturaleza y la colonización representados. La ceremonia no se olvidó de la historia: mostró el arribo de los portugueses al nuevo mundo y su conquista de la población indígena, así como la esclavitud de los africanos durante 400 años para explicar la forma en que se construyó el complejo mosaico que es el Brasil actual.
En un país marcado por la desigualdad económica, la ceremonia de apertura destacó la cultura de las favelas que se erigen sobre las emblemáticas playas de la ciudad. La ecología con el jardín del Amazonas como testigo, la diversidad, variedad de razas, sonrisa y abrazo fueron el ejemplo de un país cálido que acoge a todo el mundo.
Rafa Nadal brilló con una gran sonrisa como abanderado de España, honor que compartió con otros grandes deportistas como Andy Murray, que enarboló la enseña británica, o Michael Phelps, que participó por primera vez en su vida en una ceremonia de inauguración y lo hizo portando la bandera de EEUU. El ir y venir de países, eterno, deparó algunas anécdotas como la del beso que captaron las cámaras entre la saltadora de longitud española Juliet Itoya y su marido, el jugador de rugby Iggy Martín
Dos leyendas vivas de la canción brasileña, Caetano Veloso y Gilberto Gil y el estruendo de la samba de las escuelas de samba del Carnaval pusieron el colofón a la fiesta musical de inauguración de los Juegos Olímpicos. Mientras, cientos de bailarines disfrazados convirtieron el Maracaná en un «sambódromo» oficial.} else {