Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
«Equilibrio, equilibrio, equilibrio». Es la principal consigna de Carlo Ancelotti a sus jugadores en este inicio de temporada. Más allá del mal juego, lo que más le preocupa al técnico italiano es la gran cantidad de ocasiones que le crean por partido y el elevado número de goles que está encajando el equipo: más de uno por partido.
Para encontrar el equilibrio del equipo, dos son los jugadores que Ancelotti considera imprescindibles. Di María, al que prefirió antes que a Mesut Özil, y Sami Khedira, el mediocentro más defensivo que tiene su equipo. El argentino está respondiendo a las expectativas con nota: trabaja como el que más y ofensivamente está dando resultados al equipo. Pero sobre el alemán cada vez hay más dudas. Ni está destacando en la creación ni roba tanto como se le
presupone.
Durante las últimas tres temporadas, Khedira ha sido fundamental en el esquema del Real Madrid. Mourinho le dio un rol muy concreto y, al lado de Xabi, el alemán lo interpretó a la perfección. La presencia de Alonso le liberaba de cualquier responsabilidad en la elaboración y el jugador brillaba en lo que le pedía Mou: abarcar todo el campo posible y ayudar al equipo en las dos áreas. Khedira defendía y pisaba el área rival con relativa frecuencia…
Perdido con Ancelotti
Con Ancelotti, sin embargo, el fútbol de Khedira está quedando en entredicho. El alemán nunca ha sido un prodigio técnicamente, pero en un sistema de toque como el del italiano las carencias se le notan todavía más.
Ancelotti, que afirmó el día de su presentación que el Real Madrid haría un fútbol espectacular, llegó a asegurar en la rueda de prensa previa al derbi que lo más importante en un centrocampista no es el físico y sí que sepa lo que hacer con el balón antes de recibirlo. No parece ésta la principal cualidad de alemán.
¿Y por qué es uno de los jugadores que más minutos ha disputado esta temporada? Supuestamente por el famoso equilibrio, pero los datos revelan que el equilibrio de Khedira al equipo es cuanto menos un poco ficticio.
Cuando uno ve al alemán en el equipo por sistema, uno se imagina que roba y corre más que nadie. Tampoco es así. Khedira corre menos que, por ejemplo, Di María y roba menos balones por minuto que Illarramendi o Luka Modric, centrocampistas que tienen más toque que el mediocentro alemán.
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