REDACCIÓN: NAZARIO DÍAZ ALBA
El Fútbol Club Barcelona arde, o desde luego, si no es la institución, son los medios afines al conjunto culé quienes parecen haber sido pasto de las llamas. Y lo digo por la cantidad de humo que parece salir de la Ciudad Condal como una columna negra después de un terrible incendio. Un humo que, lejos de ser una cortina para disimular la nefasta temporada, intenta buscar una regeneración propia de la mítica ave fénix.
Se termina una etapa en la historia del Barcelona. El modelo de la cantera, la moda de lucir jugadores la casa, parece que ha sido destruido por un Atlético peleón en Liga que ha demostrado que se triunfa con ganas y corazón y por un Madrid que por fin ha vuelto a clavar su estandarte en lo más alto de la cima Europea con la conquista de la Décima y dejando atrás en eliminatorias a los dos finalistas de la edición anterior. Parece que estamos ante el auténtico fin de ciclo que se venía anunciando muchos años atrás.
Los medios de comunicación afines, esbirros de la entidad blaugrana, colman sus páginas y portadas anunciando supuestos acuerdos de fichajes sobre los jugadores más top del mercado. De momento parece más claro que Cesc Fábregas y Dani Alves abandonarán la disciplina culé que las anunciadas llegadas o los cercanos intereses por Reus, Agüero, Higuaín, Piszczek, Müller, Laporte o Marquinhos.
En la afición se palma el descontento con la directiva y el ambiente de desconfianza hacia la persona de Andoni Zubizarreta (director deportivo) se antoja hasta asfixiante.
Lejos de creer el humo provocado por el incendio mediático originado en Can Barça sobre llegadas estelares, los seguidores blaugranas temen un nuevo fracaso en el mercado y que la dirección deportiva del club malgaste millones en jugadores de bajo nivel para el Barça (Claudio Bravo, Mathieu, Ciro Immobile) y además con edad considerable (30 años los dos primeros) en lugar de buscar jóvenes jugadores y en puestos donde realmente se necesita. Si a la desconfianza que se tiene la dirección deportiva sumamos los escándalos fiscales que han protagonizado más titulares esta temporada que las victorias del Barça (el fraude de Messi, el caso Neymar, la sanción FIFA por fichajes ilegales de menores…), la afición tiene motivos para encenderse y pedir la dimisión de la directiva.
El mercado de verano es largo y las oficinas del Camp Nou estarán varios meses echando humo, la cuestión es saber si ese humo será motivo del exhausto trabajo de sus directivos o un intento más de engañar a su afición anunciando cientos de fichajes imposibles y llegar al 31 de agosto con más salidas que llegadas y un fondo de armario bastante limitado para los objetivos de la entidad.