Redacción: Latribunamadridista.com
Era el primer día de diciembre de 1998 y el Real Madrid se presentaba en Tokio (Japón) como campeón de Europa, de su primera Champions League conocida con ese nombre, su 7ª Copa de Europa tras derrotar a la Juventus de Turín, la gran favorita, meses atrás con golazo de Mijatovic en el minuto 66′ de partido, en aquel imborrable «Ámsterdam Arena».
El rival, los brasileños del Vasco de Gama no pusieron las cosas fáciles ya que al tempranero tanto de Roberto Carlos en el minuto 24′, tras tocar en un defensa rival (1-0), respondiendo los brasileños con un golazo de Juninho (1-1) en la segunda mitad del encuentro, en concreto en el minuto 54′.
Sin embargo, cuando faltaban ocho minutos para la conclusión, Raúl capturó un milimetrado pase de Seedorf y tras pinchar el balón de manera magistral, recortó a dos defensas y al portero especialmente con el segundo recorte venciéndose el defensa y el portero para un lado, dejando el portero un hueco por donde Raúl metió el balón, tal y como hacía en las categorías inferiores del Real Madrid, un gol que el padre de Raúl no dudó en recordar tras el partido, como el » gol del AGUANÍS», así lo bautizaban los padres de aquella mágica generación de jóvenes madridistas, Guti, Víctor Sánchez del Amo o Álvaro Benito liderada por un mágico Raúl González Blanco que ese 1 de diciembre de 1998 se volvió a reafirmar ante el planeta entero haciendo aquel mágico » AGUANÍS» que le daba al Real Madrid su II Copa Internacional de su historia, 38 años después de conquistar la primera ante los uruguayos del Peñarol de Montevideo en la I edición, además, del torneo, una Intercontinental conquistada por un imborrable equipo, el MEJOR DE LA HISTORIA, liderado por el mejor jugador de la historia, D. Alfredo Di Stefano.
Ése aquel 1 de diciembre de 1998, Raúl volvía a coronarse ante el planeta entero como el MEJOR JUGADOR DEL MUNDO. ¡¡RAÚL!!, ¡¡RAÚL!!,