Este sí es mi Madrid

Redacción: Pablo Guirado/latribunamadridista.com Imágenes:realmadrid.com Los blancos vencen al Valencia Basket por 78-86 con una primera mitad de auténtico manual sobre cómo hacer un buen baloncesto.

La venganza es un plato que se sirve frío. Tras la derrota dolorosa en Euroliga contra los taronja hace más de un mes, los de Laso llegaban con ganas de redimirse y demostrar que siguen siendo ese equipo a tener en cuenta y temible por todos sus rivales. Esa motivación empezó a verse nada más comenzar el choque. Un arranque en tromba permitió poner tierra de por medio gracias a un gran acierto desde la línea de tres con un nombre propio, Jayce Carroll. El estadounidense anotó 12 puntos en el primer cuarto y fue una auténtico vendaval ofensivo. La defensa blanca era un martillo pilón y no concedían tiros fáciles a sus rivales. Tavares mostraba su poderío defensivo e intimidaba a quién pasase por la zona. El cóctel que el lasoteam había creado durante los primeros diez minutos hizo que la brecha en el marcador fuese de +22 para los blancos dejando a los naranjas con sólo 6 puntos en su haber. 6-28 y treinta minutos más por delante.

El Madrid volvía a recuperar esas sensaciones de equipo dominante e incapaz de meterle mano. Aunque los de Jaume Porsarnau mejoraron en ataque con un gran Markovic , los pupilos de Laso seguían enchufados y permitían que la ventaja no fuese reducida e incluso la ampliaron llegando al 25-50 en el descanso.

La segunda parte el Valencia Basket subió el ritmo en el juego y los jugadores salieron más enchufados La expulsión por doble técnica del técnico taronja no descompuso a los suyos. Layberie asumió la responsabilidad y no defraudó. Con 6 de 6 (tiros de dos) y 4 de 4 en triples metió a su equipo en el partido. Momentos de duda cuando el Valencia se acercó a siete hasta que apareció el mago Campazzo. Su clase y talento en las dos canchas cortocircuitó la dinámica positiva de la capital del Turia y de esta manera llevó la victoria a territorio blanco. Líderes invictos y con muestras de mejoría en el juego. Vuelve a ser nuestro Madrid, ese equipo indestructible.