Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ofrecerá mañana martes de manera definitiva su veredicto a la sanción impuesta por la FIFA al Barça que marcará de manera clara el futuro de la entidad azulgrana. En las oficinas no son muy optimistas. Consideran que la actuación de los responsables (con Albert Soler, director de relaciones institucionales del club, a la cabeza) y la manera cómo se trabajó era la mejor e ideal, pero entienden que el TAS siga con su habitual trayectoria de ratificar las sanciones impuestas por la FIFA.
El club presidido por Josep María Bartomeu recurrió a la FIFA, que sancionó al club azulgrana por incumplir el Reglamento y Estatuto de Transferencia de Jugadores menores de edad y no por el modelo de trabajo y formación que se ejerce en La Masia, que el máximo organismo institucional del fútbol mundial tiene como modelo. De ahí que semanas atrás, cuando varios representantes del club azulgrana acudieron a la cita programada en el TAS, intentaron explicar que las irregularidades son básicamente administrativas e interpretaron bien que la semana pasada se les solicitase más información desde los despachos del Tribunal.
Consecuencias. De cumplirse la sanción, el Barcelona deberá estar dos ventanas de mercado, la de este invierno y la del próximo verano, sin poder incorporar futbolistas, aunque sí que podrá renovar a futbolistas que acaben contrato (Dani Alves), dar bajas a los jugadores que no convenzan al entrenador o a la dirección deportiva y recuperar a futbolistas cedidos (el caso de Denis Suárez y Gerard Deulofeu, ambos en el Sevilla). Se consideraría un éxito, eso sí, que el castigo quedase reducido sólo a un tramo de mercado. De ahí que la planificación del futuro dependa de lo que decidan la terna de árbitros designados para el caso: el alemán Ulrich Haas, designado por la FIFA; el israelí W. Efraim, elegido por el Barça, y el suizo Petros Mavroidis, nombrado por el TAS.