Opinión-Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Los madridistas podemos estar de enhorabuena.Ha sido este un fin de semana soñado.Todo lo que podía salir bien,ha salido y con creces.
Todo comenzó ayer a las 16 de la tarde en la preciosa ciudad de Granada,allí donde se puede ver la puesta de sol más preciosa del mundo en la magnífica Alhambra o donde desde el genial autor Washington Irving nos plasmó sus «Cuentos» inspirados en este mágico escenario.
Allí el Madrid de los Cristianos,James,Iscos o Benzemas deleitó a propios y extraños en una tarde redonda para los blancos,donde aparte de goles,cuatro nada menos,hubo un recital de jugadas,toques,taconazos y demás deleites,reconociendo así,el propio rival las maravillas del «mago» Isco al ser reemplazado.
Pero como digo,no todo quedó aquí.Por supuesto,tras esta incontestable victoria,la afición blanca no cabía en sí,pero aquí no acabó la cosa.
Los más optimistas nos conformábamos con un pinchazo del Barça en forma de empate ante un peleón Celta,algo que incluso veíamos improbable,y nos maravillávamos al ver que la cosa se consumó en derrota culé para regocijo madridista.
Dormíamos líderes a falta de saber que hacía el Sevilla.Y los andaluces,no queriendo estropear nuestro sueño,hoy domingo a una hora a la que muchos quizás aún dormíamos,caía ante el Athletic de Bilbao y daba,ahora sí,el liderato en solitario para el REAL MADRID.Algo que sin duda sabíamos que iba a llegar en un momento u otro viendo el juego desplegado por los madridistas.Pero mejor que haya llegado más pronto que tarde.Y en la jornada 10 ya podemos mirar hacia abajo y ver a todos por el retrovisor.
Si a todo esto sumamos que el Castilla de ZINEDINE ZIDANE,con él en el banquillo pese al sarpullido de muchos,ganara goleando,el Real Madrid C hiciera lo propio y en Basket los chicos de Pablo Laso arrasaran al Valencia Basket,al pastel ya no le falta ni la guinda.
Volviendo al equipo capitaneado por Iker Casillas,la realidad es esta.Primeros en Liga,con la clasificación para Champions a tiro de piedra y los octavos de Copa más que encarrilados.Todo ellos aderezado por un juego que enamora.En el que no solo se tiene el balón,con eso no basta aunque algunos crean que sí,sino que hay rapidez,electricidad y calidad,lo esperado con unos jugadores pata negra,que hacen olvidar a los que se tiraron del barco en verano,llamados a marcar una época en el mejor equipo del mundo.