Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Le pusieron la camiseta amarilla cuando vino al mundo, pero Diego Costa jugará con La Roja. El profesor Del Bosque le ha convencido. Jugará con España, gran novedad en la convocatoria para dejarse ver antes del Mundial contra Guinea y Sudáfrica. Su compañero Filipe, brasileño, sabe que no ha sido una decisión fácil para Diego. Tiene pensado estar en Brasil, pero no con La Canarinha. Vestiría de rojo y Scolari se va a quedar rojo como un tomate.
Diego Costa será el sexto brasileño que cambia el jogo bonito por el juego bonito. Thiago (con pasaporte italiano, pero pudo decidirse por Brasil por su padre) y Senna han sido los dos últimos nacionalizados que han jurado la bandera del fútbol español. Antes, lo hicieron Donato y Catanha; el primero fue Bezerra.
Heraldo Bezerra fue el pionero. Brasileño de nacimiento, debutó con España un 17 de octubre de 1973 en un amistoso contra Turquía en el que no hubo goles. Fue su único partido internacional. No volvió, pero dejó una huella que marcó a otros compatriotas que siguieron su camino.
Donato se enfundó La Roja después del Mundial de Estados Unidos’94. Clementó le utilizó hasta la Eurocopa de Inglaterra, el primer evento en el que España contó con un brasileño. El siguiente fue Catanha, vistiéndose de corto en un partido contra Israel en el Bernabéu.
El recuerdo de Senna y Thiago no es tan lejano. Marcos se convirtió en el escudero de los bajitos en la Euro de Austria que coronó el ‘tiki-taka’ español. Thiago, lesionado, espera volver a tener su oportunidad y coincidir con Diego, Diego Costa de España.
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