REDACCIÓN: NAZARIO DÍAZ
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Crónica del encuentro de semifinales, Holanda 0-0 Argentina *P (2-4 )
Después del recital de fútbol de Alemania frente a Brasil, la semifinal Holanda-Argentina tenía el listón muy alto. Tan alto que parece que quisieron pasarlo por abajo, arrastrándose por el suelo. Si el partido de Mineirao con el contundente 1-7 pasará a la historia como una de las mejores semifinales de la historia de los Mundiales, la de hoy podría considerarse la más aburrida y soporífera de todos los tiempos. Solo la casta de Mascherano y el acierto de Sergio Romero en los penaltis premiaron a una albiceleste que se planta en la final de Brasil 2014 con la ley del mínimo esfuerzo.
El partido Brasil-Alemania sirvió como advertencia para la semifinal que comenzaría 24 horas después. Argentina y Holanda salieron con los onces esperados, sin novedades y con el «fideo» Di María reservándose para el último partido del Mundial. En su lugar jugó Enzo Pérez, que durante la primera mitad fue de los más activos del conjunto de Sabella.
Para resumir el partido más aburrido de este Mundial 2014 y quizás la peor semifinal de todos los tiempos, bastaría con decir que Holanda no realizó ningún tiro entre los tres palos hasta el minuto 85 y que Argentina no creó ninguna ocasión de peligro real hasta la prórroga. Tanto Robben como Palacio gozaron de dos buenas ocasiones (el holandés al final del tiempo reglamentario y el delantero argentino en la prórroga) pero Mascherano y Cillesen respectivamente acabaron por frustrar las jugadas. Messi parecía un espectador más, el 10 de la albiceleste no tiró a puerta ni encaró y la defensa holandesa no sufrió las incursiones de la «pulga». El astro culé se ha plantado en la final del Mundial casi sin quererlo.
Ambos equipos parecían contentarse con el empate y jugarse la lotería en los lanzamientos desde los once metros. A Van Gaal esta vez no le salió bien la jugada. En la tanda de penaltis, el protagonista fue Romero, quien atajó los disparos de Vlaar y de Sneijder. Por parte de los tulipanes, Cillesen aumentó su terrible récord de no haber atajado un solo penalti en su carrera (y van 20). Quizás fuera ese el motivo por el que Van Gaal habría deseado cambiar de arquero para la tanda, lo mismo que hizo contra Costa Rica y que le permitió disputar este encuentro.
El sábado, Brasil tendrá ocasión de remendar su gran descosido futbolístico y social ante una Holanda que una vez más se queda a las puertas de otro gran título. El domingo, los Alemanes esperan tener éxito en la final más repetida de la historia de los Mundiales. Los teutones parten como favoritos pero en una final todo se reduce a detalles. El fútbol, al fin y al cabo, es un estado de ánimo.
