Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
El 23 de enero de 2012, hace justo un año, en Mestalla, una desafortunada patada de Álvaro Arbeloa dio comienzo al calvario de Iker Casillas. El capitán del Real Madrid pasaría 72 días sin volver a una convocatoria y casi seis meses sin disputar un partido oficial. Tras el parón vacacional, su suplencia en Liga se alargaría de forma indefinida con la llegada de Ancelotti al banquillo.
Iker había recuperado la titularidad en Liga tras el ‘castigo’ de Mourinho en La Rosaleda, pero ya no volvería a jugar un partido oficial hasta la Copa Confederaciones, en junio. El momento clave fue la involuntaria patada que sufrió de su compañero Arbeloa que le fracturó la base del primer metacarpiano de la mano izquierda.
En medio de su recuperación conoció que el Real Madrid cerraba con el Sevilla el traspaso de Diego López por 3,5 millones de euros. Desde entonces, el meta gallego ha cerrado a Casillas la puerta de la titularidad en Liga.