Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
El Real Madrid era una incógnita hace escasamente quince días. El equipo no funcionaba y se debatía sobre las dudas del sistema de Ancelotti. La llegada de Alonso no ha hecho más que confirmar que los jugadores están por encima de los esquemas. El Madrid empezó a funcionar por primera vez con el 4-3-3, pero ha seguido igual con el cambio de dibujo provocado por la baja de Khedira.
Ancelotti ha encontrado en Alonso su extensión en el campo y su mejor aliado para que los jugadores ejecuten su sistema. Por algo le llama el maestro. En cierto modo es su entrenador de campo. Por eso se ha visto a Alonso acercarse hasta la zona de banquillo desde que reapareció para hablar con Carletto y éste a su vez ordenar al equipo. Sus galones le permiten dar un toque a cualquiera de la plantilla que provoca algún desajuste. Lo hizo con Coentrao en Vallecas y no se calla ni con Cristiano o Benzema, que son quienes tienen que empezar con la presión.
Alonso es, en definitiva, el Ancelotti de Arrigo Sacchi. En aquel rodillo que era aquel Milan, el ahora entrenador del Madrid era la extensión sobre el terreno de juego de las ideas revolucionarias de su entrenador. «Carlo no era muy rápido con las piernas, pero era el más listo y pensaba más rápido que nadie», recordaba Sacchi sobre Ancelotti.
Alonso, desde que ha entrado en el equipo, ha solucionado la gran parte de los problemas de juego del Madrid. A falta de cerrar bien la defensa, el equipo por fin sabe qué hacer con la pelota y a qué juega. Algunos de los titulares confiesan en petit comité que la entrada de Alonso ha sido clave.
Con la ausencia del alemán, Alonso ha dejado de jugar solo por delante de la zaga. Pero ya había hablado con Ancelotti de la posibilidad de volver al doble pivote. Y al tolosarra le gusta la opción de jugar con Illarra a su lado y fue el primero en elevar la voz en este sentido. Así se lo expresó al italiano, que ha estado meditando esta última semana las distintas opciones para hacer funcionar al Madrid.
Carlo es un entrenador que busca el consenso con sus jugadores. El técnico tiene la última palabra, pero escucha a sus futbolistas y sabe que a muchos de ellos ni siquiera hay que explicarles la idea.
«A Pirlo no había que decirle lo que íbamos a hacer, no había que explicarle nada. Xabi es un poco igual. Será un buen entrenador», apuntaba Carlo durante la charla que mantuvo con MARCA para hablar de su último libro, Mi Árbol de Navidad, en el que hace referencia a los distintos sistemas que ha empleado a lo largo de su extensa carrera.
Alonso ya desempeñaba un papel similar con Mou: «Es importante en el campo y fuera. Ya le he dicho bromeando que como yo voy a entrenar 30 años más nos encontraremos los dos en los banquillos».