Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/ LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolimpico.net-blogolimpico.com/ Imágenes: Eldiariovasco.com
Si en 470 femenina o la clase Finn masculina no faltaron a la cita con los metales, el 49er, el gran barco que incluso superaba a los denominados Fórmula 1 de la Vela, no faltó tampoco a la cita con los metales olímpicos españoles que como hemos remarcado en todas las medallas conseguidas en Atenas 2004 lograrían 20 metales, la segunda mejor participación de España tras las 22 medallas de Barcelona 92.
De hecho, si las medallas logradas en 470 por Begoña Vía-Dufresne y Sandra Azón o Rafa Trujillo en Finn fueron seguidas por el público que desconoce a los deportistas pero que queda cuatro años les pide éxitos y si se consiguen se les hace casi mediáticos, en el caso de nuestra pareja, Iker Martínez y Xabi Fernández, eran los números uno, subcampeones del mundo y de Europa en 2001 pero campeones del Mundo y de Europa en 2003, Bronce en el Mundial del año siguiente y en 2004, antes de Atenas 2004, nuevamente Reyes del Mundo.
Sin duda, eran los rivales a batir en los Juegos y contaban con la presión de que prácticamente se les exigiría la medalla de Oro o al menos rozar el metal dorado y sumar como mínimo una Plata.
Veteranos en esas lindes, no en vano, en Sídney 2000 por culpa de otra decisión federativa (siempre son un rival extra al menos en lo que respecta a los españoles), no estuvieron en las olimpiadas, tanto Iker como Xabi llegaron cargados de optimismo y confiados en lograr la medalla de Oro y eso que a un mes de los Juegos, Iker se rompía la mano derecha y le colocaron una placa con cuatro tornillos de Titanio.
En nueve visitas al campo de regatas lograron ya situarse en la primera posición, eso sí, empatados con los ucranianos y con tres puntos de ventaja sobre los estadounidenses.
Sin embargo, no estaba todo ganado y de hecho, llegaron a perder la primera posición en la regata siguiente ante los ucranianos pero rápidamente reaccionaron y la recuperaron presentándose en la última carrera con siete barcos de diferencia para ser medalla de Oro, el objetivo perseguido y obligado.
Y como grandes campeones a los que no les puede la presión, no fallaron y lograron una medalla de Oro, muy mediática y lógicamente, muy esperada.