Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla/Abel Alaminos-Pedro Cánovas/ LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com/Imágenes: ersilias.com
Meses después del éxito de Paquito Fernández Ochoa en Sapporo, un éxito que le permitió entre otros galardones ser el abanderado español en los Juegos Olímpicos de Verano en Múnich 1972, España lograría sumar la última medalla de la dictadura franquista, una medalla que llegó de uno de los deportes con buena acogida en la dictadura aunque no tanto a nivel amateur como era el mencionado boxeo olímpico y donde competía un obrero de Avilés, en concreto, Enrique Rodríguez Cal conocido como Dacal II siguiendo la estela de su hermano, también boxeador y unos años mayor que Enrique, Dacal I.
Con 14 años, Enrique preparada los guantes a sus hermano y fue en aquel año cuando comenzó a entrenarse en el bello deporte del pugilismo. Precisamente, Enrique estuvo tocado con la varita mágica cuando tras bajar de peso y hacerse minimosca, anteriormente competía en peso mosca y tras ganar el campeonato de España con 48 kilos, el asturiano fue seleccionado para competir en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 por un jurado compuesto por los dos iconos del boxeo español, hablamos de Legrá y Pedro Carrasco, nada más y nada menos.
Sin duda, no defraudó a ambos y en una competición donde debutó a lo grande, ganando nada más y nada menos que al vigente campeón de Europa, el rumano Alexandru Turei, Enrique fue ganando a potentes pugilistas como el norteamericano Davey Armstrong y sobre todo, al cubano Carbonell, posiblemente, realizando el mejor combate de su vida, una victoria que aseguró el Bronce.
Curiosamente, en el combate, a priori, más sencillo, ante el norcoreano Kim U-Gil, Enrique que no compitió al nivel esperado cayó ante la sorpresa general aunque el tremendo éxito y el gran reconocimiento recibido por Enrique tildaron esa medalla de Bronce como si fuese de ORO y dieron la razón a Legrá y Pedro Carrasco, acertando al seleccionador el púgil de Avilés para representar a España en Múnich 1972.
Curiosamente, el favoritismo fue el mayor enemigo de Dacal II ya que Enrique, gran favorito en Montreal 1976 sufrió una inesperada eliminación en el primer combate, al sufrir un corte en una cera que le hizo sangrar y a tenor de las normas del olimpismo, en ese momento, quedar eliminado, una eliminación que sólo recibió el consuelo de un gran héroe del deporte español y de nuestro fútbol, hablamos de Ladislao Kubala que en el vestuario y tras el combate donde cayó eliminado consoló a Enrique Rodríguez Cal, otro pionero en otro deporte, el boxeo olímpico, no profesional que nos daría también una importante cantidad de preseas olímpicas.