«El baloncesto nos debía una»

Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista

Una hora estuvieron los jugadores del Real Madrid sobre el parquet celebrando el título europeo. Fue una fiesta familiar, porque muchos lucieron a sus hijos pequeños, algunos bebés como la hija de Felipe Reyes. Resultó una liberación después de un par de temporadas de frustración.
«El baloncesto nos debía algo así. Es algo increíble, creo que hemos luchado muchísimos años por conseguir esto», decía Rudy Fernández, tras darse un beso de boda con Helen Lindes y abrazarse con sus padres en la cancha. También estaba su hermana Marta

Los primeros minutos como campeón de Europa los madridistas los vivieron con su gente. Alfonso Reyes abrazó a Felipe, Sergio Rodríguez a sus padres y a su mujer, en avanzado estado de gestación. K.C. Rivers paseó a su hija y Maciulis hizo lo mismo. También Ayón, que levantó a su pequeño como una pluma. Sólo los más cercanos saben cómo ha sufrido este vestuario en las dos últimas temporadas. «Se lo merecen», decía la madre de Rudy.
«La Euroliga es lo mejor que puedes ganar a nivel de clubes, el equipo lo ha merecido mucho. Hemos luchado mucho, no sólo este año, sino en años anteriores, y aquí está la recompensa al trabajo bien hecho», decía Sergio Llull, tan efusivo como siempre, tan visceral como suele ser en las celebraciones. Varias veces se fue hacia el córner donde estaban los aficionados más pasionales del Madrid, los Berserkers. A alguno de ellos estuvo a punto de lanzar el trofeo.
Gustavo Ayón parecía más comedido. El pívot mexicano, uno de los fichajes que sobre el papel parecían decisivos para intentar el abordaje de la Euroliga, se felicitaba por el triunfo en su primera temporada en el club. Todo el año hablando de esto, comentarios buenos y malos».
Sobre la pista ya estaba toda la directiva, que se llevaba la primera alegría de la semana después de la eliminación en la Champions y el título de la Liga de fútbol que se terminaba de escapar definitivamente ayer. Florentino se abrazaba con Sergio Rodríguez, cuya barba sigue dando suerte. «Hay que celebrarlo. Han sido tres años muy largos. Se había hablado mucho de jugar finales y había que competir en una final y ganarla. Ahora a disfrutar y celebrarlo. Desde el principio tuvimos claro a qué había que jugar hoy. Es un sueño hecho realidad», decía el base tinerfeño, que recordó haber visto en su casa de Tenerife la Octava junto a su familia.

Los jugadores del Olympiacos, que asistieron con total deportividad a la ceremonia de entrega de trofeos, superado el incidente entre Spanoulis y Maciulis del final del partido, felicitaron a su rival. Muy efusivo se mostró su entrenador, Giannis Sfairopoulos. «El Madrid fue mejor y mereció ganar».

 

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