REDACCIÓN: Pablo Jiménez
Los casi dos metros que mide el croata Marin Cilic imponen desde su sola presencia en una cancha de tenis. Su semana perfecta la ha tenido estos días Su nivel de juego y sus seguridad en la pista nunca habían sido tan altas. Su categoría se ha elevado varios escalones. Su solvencia es única y sus victorias en sets corridos no tienen precedente en un torneo tan importante como el Us Open. Berdych y Federer fácilmente y el japonés KeI Nishikori no le ha durado mucho más al croata. Un triple 6-3 es el resultado de una final carente de emoción. Principalmente, por el espléndido tenis desplegado por Marin.
Nada pudo hacer un Nishikori que no estuvo a la altura y que se vió desbordado perdiendo su saque al principio del partido. Solo un break en el primer set para ceder por 6-3 en poco más de 35 minutos. El segundo set no tuvo mucha más historia. Otra rotura inicial de Cilic le puso por delante. Llego a romper otra vez y sacar con 5-2 pero ahí el japonés logro su único break en el todo el partido. Una rotura que no le sirvió de mucho ya que no pudo mantener su servicio en el siguiente juego; perdiendo así el set.
Con dos sets abajo, Nishikori no encontró forma alguna de parar al croata y una nueva perdida de su servicio le llevó a la inevitable derrota. Un finalista que no estuvo a la altura. Una pena, ya que el japonés es un tenista que tiene que aprovechar las pocas oportunidades que le de su carrera. Ayer, perdió su opción de entrar en el olimpo del tenis. Una pena, ese puesto lo ocupará Cilic, que asciende al número 10 del ranking. Por su parte, Nishikori se sitúa en octava posición.
Un Us Open sorprende, donde se atisba un cambio de ciclo. De los cuatro grandes de este año todos los han ganado tenistas distintos con dos novedades: Wawrinka y Cilic alzando su trofeo de campeones. Un año que corta la tiranía de los Nadal, Djokovic, Federer y Murray. Un año dónde nuevos jugadores han acabado con ellos. Un año que revoluciona el tenis. Un gran año.