Spanoulis y las artimañas griegas frenan la euforia española

La crónica:  diario ABC.com

Segunda derrota de la selección española en este Eurobasket. Un extraordinario Spanoulis impulsó a Grecia a una victoria (79-75) que la mantiene con vida en la competición.

Las intenciones del italiano Andrea Trinchieri, que entrena al equipo griego, quedaron claras desde el inicio con la inclusión en el quinteto inicial del corpulento Kavvadas, que apenas había contado con minutos en el torneo, y que salió con la única misión de sacar del partido a Marc Gasol. Y lo consiguió. El pívot de los Grizzlies cayó en la trampa de los constantes contactos de su par y se dejó cargar con tres faltas ya en el primer cuarto. Quiza Orenga debió mandarle al banquillo cuando cometió la segunda.

Lo bueno para España es que su diversidad de recursos en ataque le permitió, pese a todo, hacerse con una ventaja de diez puntos. (26-16) en ese primer cuarto.

Pero la ausencia de Marc tenía que terminar notándose. La defensa griega dio un paso adelante y fue recortando las difencias hasta que un triple de Zisis colocó el 23-28 en el marcador. Rudy, un gran Claver y Calderón fueron los sostenes de España en esos minutos, peroSpanoulis fue soltándose poco a poco y comenzó a explotar la pésima lectura que Xavi Rey hizo de todas las situaciones de bloqueo y continuación. Tres triples consecutivos del base de Olympiakos le dieron a Grecia su primera ventaja (37-34) a dos minutos del descanso.

En el tercer cuarto Spanoulis continuó con su lección magistral. Dividiendo la defensa española y creando ventajas para sus compañeros. En los hombres de Orenga, la réplica la daba el orgullo de Rudy. Pero la igualdad era máxima (48-48) a tres del final del tercero. Hasta que Marc decidió echarse el partido a los hombros y encadenó siete puntos consecutivos que colocaron el 57-52 en el electrónico y devolvieron la confianza a los españoles.

En el último parcial, la sabiduría de Spanoulis siguió desangrando a la campeona. Una nueva asistencia suya a Bourousis colocó un inquietante 68-64 a poco del final. Al final, la categoría de un jugador irrepetible hizo hincar la rodilla a una España que no consiguió sentirse cómoda en todo el partido y que sucumbió definitivamente tras un triple desde la esquina de Bramos.