Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Hace tiempo que Ancelotti tenía en mente la semana que se le avecina al Real Madrid. El conjunto blanco recupera ante el Sevilla la jornada que tenía aplazada por el Mundial de Clubes y visita al Atlético. Seis días cruciales en la pelea por el título de Liga. Una semana de campeonato y una oportunidad de oro para dar un golpe de autoridad.
Ancelotti va a hacer especial hincapié en las que considera las dos primeras finales por el título. No lo ha hecho antes porque no quería adelantar acontecimientos y llegar con los deberes hechos. Cualquier pinchazo anterior habría dado al traste con sus cuentas. Ya no.
Ahora sabe que el miércoles ante el Sevilla se juegan confirmar un colchón de puntos con sus perseguidores —cuatro puntos con el Barça y siete con el Atlético—, para días más tarde encarar el choque del Calderón. Partido que para los blancos tiene una doble lectura. En primer lugar, abrir una brecha casi definitiva con los rojiblancos, a los que dejarían a 10 puntos en caso de hacer doblete esta semana.
Por otra parte, mantener el colchón de puntos con el que pretenden llegar al Clásico para blindar el liderato pase lo que pase en el Camp Nou, que visitarán solo cinco jornadas después del derbi. Las cuentas están echadas, en el vestuario y en la zona noble del Bernabéu.
Por eso sorprende en el club que Ancelotti haya dejado caer que pretende hacer algún que otro retoque en el equipo en los compromisos que se avecinan, cuando se considera que ahora más que nunca en esta semana el técnico tiene que ir con todo en estas dos finales. Demasiada recompensa hay en juego como para no dar el todo por el todo.
Nadie oculta en el Real Madrid que la Liga es el gran objetivo de la temporada. Ancelotti lo tenía claro desde el principio, como los jugadores. Por eso no quieren dejar pasar esta oportunidad de dar un zarpazo al título antes de retomar la Champions, con lo que eso supone.
La sensación en el vestuario es que el Barça ha espabilado, que ya ha dejado atrás ese bache que permitió al Madrid remontar en el campeonato, primero, y abrir un pequeño hueco, después. Eso incrementa la idea del vestuario de no ceder al empuje del equipo azulgrana, que lleva siete victorias seguidas entre Liga y Copa, tres de ellas ante el Atlético. Es el momento de apretar los dientes y Ancelotti lo sabe. Hay mucho en juego.