Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
La derrota del Bayern en Oporto fue un mazazo que nadie esperaba. Y mucho menos en el club alemán. En la tradicional cena del equipo tras los partidos el ambiente era tétrico, casi fúnebre, como reflejó el discurso de Rummenigge, director general del club, que pidió autocrítica a los suyos, aunque también se apoyó en la plaga de lesiones que sufre la plantilla para pedir mesura en las críticas.
«En primer lugar me gustaría dirigirme a ti, querido Pep. Te veo, incluso en ti, un poco triste. Eso es normal cuando pierdes 3-1. Pero me gustaría comentar algo que todos hemos visto. Por un lado cometimos grandes errores y no jugamos bien. Hay que autocrítico y admitirlo», dijo el exdelantero, con un Guardiola de gesto petrificado sentado al lado suyo.
«Por otra parte, no estoy preparado para criticar a este equipo. Tenemos solo 13 o 14 jugadores disponibles en este momento que desde hace semanas juegan tres veces en semana, que en Dormund corrieron como locos, en Leverkusen jugaron 120 minutos, el sábado volvieron a jugar y hoy están aquí. Por mi experiencia os puedo decir que hay días en los que no estás del todo bien por cansancio. Hay un dicho que dice que no hay que cantar victoria antes de tiempo. Eso lo podemos aplicar ahora, no critiquemos antes de tiempo. Es mejor no decir nada más sobre lo de hoy, no traería nada bueno, es mejor dejarlo pasar. Debemos permanecer todos unidos. Creo que todos confiamos en este equipo y este gran entrenador», continuó Rummenigge.
Mientras tanto, otra eminencia del Bayern cuestionaba la dimisión en bloque del cuerpo médico del club. Es Ottmar Hitzfeld, exentrenador en el equipo bávaro: «Müller-Wohlfahrt es un médico genial, uno de los mejores del mundo. Su dimisión debilita al equipo. Algo debió pasar, cosas así tienen una explicación».