Redacción. Luis Miguel Plá.
Cristiano Ronaldo ha concedido una extensa entrevista a The Times, en la que ha repasado gran parte de su vida personal, desde sus inicios en Madeira hasta su reinado en el fútbol mundial. Para Cristiano la muerte de su padre marca un antes y un después en su trayectoria vital, algo que se verá reflejado en la película documental que se estrena en unos días y que nos mostrará al jugador portugués desde su lado más personal y humano.
Humilde y con ganas de mejorar
«Admito que no soy la persona más humilde del mundo. Pero no soy falso y de alguna forma me siento muy humilde, porque me gusta aprender. Quiero aprender de otros deportes y de los mejores atletas. Puedo mejorar en ciertos aspectos, creo que es interesante. Una persona que es humilde lo es porque le gusta aprender. Pero yo soy el mejor deportista del mundo».
Su salida de Madeira
«Fue uno de los peores días de mi vida. Lloré todos los días. No me puedo imaginar dejar a mi hijo, el pequeño Cristiano, en otra ciudad a los doce años. No culpo a mis padres por dejarme ir porque ellos estaban tratando de darme una oportunidad, pero era complicado. Había vivido junto a mis padres y hermanos y ahora yo estaba solo».
Un comienzo complicado en Lisboa
«Un día yo estaba en la escuela y algo pasó por mi mente, como si algo se rompiera. Me dije que qué estaba haciendo allí. Echaba de menos a mis hermanos y a mi familia, así que fui al club para hablar con el director y le dije que quería renunciar, volver a casa. No quería estar allí. Pero me dijeron que tenía solo doce años y que tenía un gran potencial. Me dijeron que podía llegar a ser profesional. Me ayudaron a mantenerme fuerte, como mis compañeros. Además, mis padres me empujaron a que me quedara, me dijeron que estaba pasando un mal momento. Me fui a la cama esa noche y seguí llorando. Pero al cabo de unos días todo empezó a mejorar».
Una relación difícil con su padre
«Mi padre era alcohólico, yo lo vi. Él no era el padre que yo soñaba tener. Pero lo quería, por supuesto. Pero nunca tuve una conversación con mi padre como la que estoy teniendo ahora con usted, nunca. Nunca en mi vida. Pero él siempre me animó y me dijo que tenía que ser ambicioso. Estaba orgulloso. Me gusta pensar que donde quiera que esté, podrá ver lo que estoy haciendo y lo que he logrado»
La muerte de su padre
«Cuando mi padre se estaba muriendo, me dijeron que estaba en un hospital de Londres y que no era bueno lo que estaba ocurriendo. Le pedí a Ferguson que me dejara ir y él me dijo que el fútbol no significaba nada en comparación con mi padre. Me dejó ir y yo siempre se lo agradeceré».
Sin miedo al rechazo
«No me importa que la gente me odie, porque es algo que me empuja. Cuando juego fuera siempre están en mi contra, pero es algo bueno. Hay que ver las cosas buenas de los que odian, yo necesito al enemigo, es parte de este trabajo. Todo empezó cuando tenía 18 o 19 años, pero no es un problema para mí. Es una motivación».
Sus ejemplos a seguir en el United
«El Manchester fue un gran aprendizaje para mí. Había jugadores que siempre llegaban una hora antes. Scholes y Neville eran ejemplos increíbles. Neville fue el jugador más profesional que he conocido. Gente como Giggs también. Aprendí de ellos. Me gusta ir a entrenar pronto, hacer ejercicio, fuerza, abdominales, muchas cosas. Tomé ese ejemplo de los más veteranos. Todo fue una lección para mí a esa edad. También aprendí mucho de Ferguson, de la toma de decisiones. Todavía tengo contacto con él porque es un gran hombre, un gran entrenador y un gran ser humano».
El control de la educación de su hijo
«Es fácil ser un mimado cuando se despierta en una gran cama, come yogur con frutas y ve los coches rápidos en el garaje. Ayer me preguntó si podía tener un iPhone 6. Pero le dije que no, que a quién iba a llamar. ‘Quiero llamarte, papá’ me contestó. Y yo le dije que llamaría a la abuela y que ella le pasaría el teléfono. Pero no se puede controlar todo cuando se trata de niños, ellos tienen sus propias vidas. Una de las cosas que le puedo controlar es la educación, es el mejor regalo que le puedes dar a un niño. Tengo conversaciones con él, le doy consejos y valores. Pero más allá de eso no puedo controlar lo que sucede».
El cambio tras la paternidad
«Cristiano me ha cambiado mucho. Para mí era un sueño tener un hijo siendo aún joven, con 25 años. Pero cambió mi forma de pensar, él me apoya y siempre sonríe. Le gusta ser portero, pero le estoy empujando a que sea como yo, a que marque goles. Pero él será lo que él quiera».
Su día a día
«Tengo disciplina y dedicación. Me despierto a las 8 de la mañana. A las 9 estiro con las máquinas, hago entrenamiento duro. Me voy al gimnasio, hago abdominal y más estiramiento. Me dan luego un masaje, almuerzo y duermo la siesta. Y por la tarde, otra sesión. Aunque a veces como y bebo cosas no muy sanas. Bebo una copa de vino de vez en cuando y todos los domingos comemos hamburguesas en casa y bebo Coca-Cola. Se necesita tener equilibrio».
Aprender a controlar los nervios
«Cuando tiro un penalti me pongo nervioso y mi corazón late rápido. Cuando era más joven en algunos momentos importantes me ponía nervioso, pero con la experiencia se mejora. Es parte del crecimiento, somos seres humanos. Pero la respiración profunda ayuda mucho, cuando estoy nervioso lo hago».
Sus planes después del fútbol
«He de ser honesto, el fútbol es parte de mí, mi felicidad. No quiere decir que no sea feliz con otras cosas como estar en casa, relajándome, con mis amigos, en un bar, de vacaciones… son los sentimientos más parecidos al fútbol. Pero el fútbol me hace sentir feliz, es un trabajo, pero realmente no lo es porque me encanta. Gano mucho con el fútbol. Así que tengo que dar el máximo todo el tiempo. Me retiraré en cuatro o cinco años y luego viviré como un rey con mi familia y amigos».