Crónica-Redacción:Noelia Pinto Cervero-Estadio Santiago Bernabéu-LaTribunaMadridista
Película de terror la vista esta noche en el Santiago Bernabéu. Algo que firmaría el mejor Scorsese o Spielberg.
El Madrid estuvo al borde del abismo, e incluso en los últimos minutos la cosa rozó tintes de tragedia griega ante un Schalke que venía casi de turismo y que se conformaba con un hacer un partido digno.
Pues el guión, como digo, no se lo imaginaba ni el más lunático de la sala.
Los de Ancelotti salían con un once al que le habían cambiado varias piezas como Arbeloa, Khedira o Coentrao.
Los blancos comenzaron muy tranquilos impulsados por el resultado cosechado en tierras alemanas y antojaban un encuentro plácido. Pues nada parecido a la realidad. Los de Di Matteo, lobos con piel de cordero, viendo el juego, una vez más, rácano, plano y sin fluidez de un Madrid que hace aguas por todas partes, se vino arriba y se lo creyó haciendo el primero para los visitantes.
Los locales se lo tomaron como un error puntual y siguieron en la misma línea, más cuando poco después Cristiano pondría las tablas en el luminoso de cabeza celebrándolo con rabia justo antes del descanso.
Ya en la segunda mitad, el respetable esperaba que su equipo reaccionara, que lo de la primera parte solo fuera un espejismo y el Madrid de la Champions, su competición por excelencia, apareciera en escena. Pero poco imaginaban que la cosa iría incomprensiblemente a peor.
Los teutones se volverían a adelantar y Cristiano tenía que volver a hacer otra vez lo propio, de nuevo de cabeza, para volver a igualar la contienda.
Sería Benzema después el que pondría a los blancos por delante y daba la tranquilidad a los allí presentes, que ya podían respirar tranquilo. Pero como advertí al principio, lo mejores directores se guardan un giro argumental que el público nunca espera, unas veces para bien, otras para lo contrario. Y esta película parecía estar firmada como el mismísimo Hitchcock.
Dos goles seguidos de los alemanes hacían temblar los cimientos del madridismo y los asistentes esta noche al Coliseo blanco no daban crédito a lo que veían sus ojos. Quedaban cinco minutos más el añadido, y los blancos estaban a un gol de la eliminación en octavos. La sombra del pasado se cernía sobre estadio madridista. Más cuando los de Ancelotti no eran capaces de mantener el balón en su poder, o cuando el Schalke atacaba a la desesperada viendo que era posible la machada. Incluso Casillas tuvo que sacar alguna con peligro para evitar la catástrofe.
Finalmente todo acabó. El Real Madrid clasificado, en una imagen con el público pitando a los suyos y aplaudiendo a los visitantes en una imagen dantesta, donde los que pasaban de ronda parecían los de azul y no los otros.
El Madrid ha entrado en barrena, en el fondo, mucho hay que trabajar y cambiar para dar la vuelta a esta espiral de negatividad que se posado sobre el club de Concha Espina si no quieren que lo que hoy se ha evitado sobre la bocina ocurra irremediablemente en la siguiente ronda. Y en doce días espera el Barça…