REDACCIÓN: Amelia Diosdado – Blog Bernabéu Minuto 90
Eran vecinos y vivían en un lugar del continente africano llamado Ruanda.
Dos etnias convivían pacíficamente hasta que llegó en hombre europeo a insistir en las diferencias: los tutsis eran más altos y delgados, que los utus, pareciéndose más a los europeos.
Históricamente el trato privilegiado a los tutsis alimentó el resentimiento utu.
Cuando Ruanda se aproximaba a la independencia, los utus reconocieron su oportunidad y ocuparon la mayoría de los puestos de poder.
En 100 días, 1 millón de personas asesinó (por orden del gobierno utu) a otro millón.
Este abril se cumplen 20 años y aquellos ciudadanos corrientes transformados en «asesinos de machete» empiezan a salir de las cárceles. El nuevo gobierno ha dictado una ley que obliga a vivir el perdón, pero ¿quién puede garantizar que están realmente arrepentidos o no lo volverán a hacer?. Y ¿quién puede responder a qué pasaría si un gobierno europeo o estadounidense ordenase a la mayoría de sus ciudadanos que exterminase a una minoría «envidiada»?.
Hace sólo unos días se ha producido el mayor escándalo racista de la historia de la NBA, porque reconozcámoslo: no somos tan civilizamos como parecemos.
¿Qué tiene que ver Ruanda o la NBA con el fútbol?: muchísimo.
Ayer ganó el Real madrid al Osasuna 4-0 pero todos pensábamos en Tito Vilanova.
Sandro Rosell escribía una carta a Tito en la que mencionaba que le había ayudado estos últimos meses a «darse cuenta de la excesiva importancia que damos a cosas que no la tienen más que para llenar nuestro ego».
El ego es como el gatillo de una pistola. Cuando nos ponemos nerviosos o nos sentimos ofendidos podemos disparar por odio o por accidente.
El deporte puede potenciar los valores humanos y unir a la humanidad pero también puede alimentar egos y enfatizar diferencias entre quiene conviven en paz. Hace falta muy poco para detonar un genocidio cuando las pistolas están cargadas.
Esta semana dos aficiones se verán decepcionadas. Esperemos que nadie juegue con fuego. El futbol es sólo un juego y el minuto de silencio del Bernabéu ayer nos lo recordaba.
Descanse en paz Tito Vilanova.