Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Jorge Valdano es el filósofo del fútbol. Entrenador, jugador, directivo y escritor utiliza la palabra con destreza y precisión de la misma manera que en el campo controlaba el balón con sutil firmeza, una demostración de equilibrio que ha puesto en práctica en su último libro.
«Los 11 poderes del líder. El fútbol como escuela de vida» (Conecta) es el libro en el que Valdano intenta ir más allá del deporte y afianza el poder de la credibilidad; de la esperanza; de la pasión; del estilo; de la palabra; de la curiosidad; de la humildad; del talento; del vestuario; de la simplicidad y del éxito como las bases sobre las sustentar cualquier liderazgo.
Confiesa una fe absoluta en el deporte como «vehículo formativo. El fútbol no es la vida, pero es un gran simulador de lo que es la vida», comenta a Efe el que fuera jugador, entrenador y director general del Real Madrid, de ahí que extrapole sus conclusiones hacia otros ámbitos como el empresarial o el educativo.
Es un mundo de «exageraciones» y a través de él se pueden retratar las «miserias humanas», pero quiere iluminar el lado bueno del fenómeno. «Estamos ante un juego sectario donde las identidades estallan y donde el enfrentamiento a veces deja de ser simbólico».
Con el fin de no exacerbar filias y fobias y para afianzar los beneficios del deporte destaca la actitud del tenistaRafa Nadal. «Es un ejemplo social para los niños porque primero se admira y luego se imita», aseguraValdano.
Aunque desvela que Guardiola en su condición de entrenador y Raúl González en su condición de jugador sacarían buena nota en la mayoría de los poderes que menciona el libro. «Yo soy un líder de esta escuela. Creo en la colaboración y en que cada miembro de un equipo tiene que ser líder de sí mismo. Es fundamental crear un espíritu de grupo en el que todos tengan algo que decir y para ello hace falta un punto de consenso y generosidad», indica.
Define el fútbol como un deporte que sirve de puente entre la sociedad, la cultura y la comunicación y apunta que dejó de ser el opio del pueblo cuando «los intelectuales le perdieron el miedo». «Fue una idea descabellada de la izquierda que acusaba a las dictaduras de distraer al pueblo de la lucha obrera con el fútbol. Las democracias se han encargado de demostrar que ellos también saben hacerlo», comenta entre sonrisas Jorge Valdano.
Un deporte, un fenómeno popular desde que «la cultura se ensanchó» y el mundo del fútbol trajo a su ámbito a las emociones. Y, aunque sin datos se atreve a apuntar a que probablemente en estos últimos 13 años se han editado más libros de fútbol que en todo el siglo XX.
«Eso habla de su enorme relevancia. Incorpora códigos y símbolos que no necesitan aclaración». Valdano desvela que detesta a los líderes que no son constructivos aunque consigan una gran resultado y advierte que «el éxito que no contiene la felicidad no merece llamarse éxito». El ego está en la frontera del bien y del mal: «es un motor en un personaje que desafía al publico, también un arma de seducción. Aunque un ego desbocado termina siendo irritante».
Trasladar a la actualidad la escuela de vida que refleja en el libro estima que empieza por «el poder de la credibilidad. Si alguien quiere un liderazgo a largo plazo es imprescindible que respete determinados códigos éticos hasta las máximas consecuencias».
Incide en que hay pocas cosas más dignas de ser admiradas que las conductas nobles «para que una sociedad progrese y ahora todo parece estar en duda. La gente necesita creer y no tiene en qué y ese es un auténtico drama de liderazgo que está viviendo España, pero que no me parece local», concluye.
Opinó, asimismo, que el madridista Cristiano Ronaldo «es el mayor ejemplo que hay en el mundo de profesionalidad, sentido de la perfección y ambición. Messi le debe a su papá y a su mamá mucho más de lo que le debe Cristiano Ronaldo a su papá y a su mamá, pero Cristiano Ronaldo cada año que pasa es mejor porque se propone ser mejor y trabaja para ser mejor».
«Ante un ejemplo de esa magnitud hay que descubrirse y ante su fútbol ni hablar», sentenció Valdano, quien puntualizó que «un jugador que te mete 70 goles por año en el Real Madrid solo tendría como rival a Alfredo di Stefano… y a Raúl en cuanto a significación».
Sobre este último añadió: «Raúl es un ejemplo de fortaleza mental, algo así como Nadal. Estaba hecho de todo lo que sobró en Maternidad el día que el nació. Técnicamente tampoco era un superdotado, pero sí mentalmente. Yo le he visto temblar como una hoja, tumbado en la camilla después de un partido por haber pasado el límite del esfuerzo físico».
En su opinión, Cristiano tiene un «ego grande constructivo»: «Personalmente lo considero una excelente persona que no tiene nada que ver la relación personal con la imagen que la gente tiene de él. Es una excelente persona y un jugador extraordinario».
Por ello, consideró que «lo mejor que ha hecho el Madrid en los últimos cinco años es haber renovado a Cristiano Ronaldo. Es en estos momentos el santo y seña del Real Madrid«. Valdano apuntó que el alto precio pagado por el Real Madrid por el galés Gareth Bale «son cuestiones de mercado».
«Lo que ocurre es que cuando vino Cristiano llegaba un jugador que valía 90 millones, ahora ha llegado un jugador que tiene que demostrar que vale 100 millones. Son dos categorías distintas», dijo. «Estamos ante un gran jugador, pero en su caso el precio se va a convertir en una exigencia. Esa y su condición de británico, porque los jugadores británicos ‘viajan muy mal'», añadió.
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