El pasado 6 de febrero Sergio Ramos tuvo que pasar por el quirófano debido a una lesión de rodilla. Desde que se conoció la noticia, todo el mundo descartó al capitán para el encuentro contra la Atalanta. Los médicos informaron de que lo más probable era que el jugador estuviera lejos del campo unas seis semanas, sin embargo el sevillano ya había hecho sus cálculos para poder estar presente en el partido de vuelta.
De hecho, Ramos ya toca balón y esta semana será decisiva para su recuperación. Solo tres semanas después de ser operado, el capitán ya corre por Valdebebas, y aunque aun le queda algunos días por delante, parece que está mejorando y cogiendo ritmo.
Dejando a un lado la ayuda defensiva que podría prestar el jugador al equipo si finalmente consigue jugar, Ramos sabe que su presencia también daría un impulso anímico a sus compañeros, especialmente en el momento tan crítico en el que se encuentran hoy en día. La incorporación de Sergio Ramos dependerá de estas próximas semanas decisivas e intentará esforzarse lo máximo para poder llegar al encuentro. Eso sí, ante la más mínima molestia, el club tiene claro que echará el freno para que el jugador pueda recuperarse correctamente.