Redacción: Ana María Ramírez Barajas.
Nadie debe ser condenado, sin haber sido escuchado y vencido en juicio.
Y buen juicio, es precisamente, lo que al parecer, le faltó al Presidente de la Real Federación Española de Fútbol; desde mi punto de vista, creo que a Luis Manuel Rubiales, le ganó el orgullo y le faltó cordura para valorar a fondo las consecuencias de sus actos. Porque la repercusión es muy seria en el equipo de la selección; sobre todo, si como declara Lopetegui, les hizo saber su decisión de firmar con el Real Madrid y continuaron entrenando con total normalidad.
Si antes de destituirlo, Rubiales habla con los jugadores, trata de ponerse en su lugar, les permite jugar bajo la dirección de quien para ellos es quien mejor les conoce y es la persona que los ha llevado de la mano a este mundial como favoritos; que los ha mantenido unidos y muy motivados; hubiera comprendido que Lopetegui es la persona en la que más confiaban. Pero el hubiera, no existe.
Creo que Rubiales pudo haberse guardado su orgullo para otra ocasión. Necesita que alguien le diga, que la supuesta falta, no era para tanto. Que hay ocasiones, en las que tenemos que ponderar las prioridades de los demás, antes que las nuestras. Que estamos hablando de un acontecimiento mundial que se celebra cada cuatro años; que para participar y llegar como favoritos, les ha costado muchísimo a entrenador, jugadores y a todo el equipo que los rodea.
Claro que, en río revuelto, ganancia de pescadores. Que del árbol caído, muchos quisieran hacer leña. Pero no lo van a lograr. Porque el espíritu competitivo, de «nuestros arqueros» que siempre apuntan hacia lo más alto y lo más lejos, no va a decaer porque Rubiales los haya puesto en apuros. Ellos sabrán recomponerse y dar la talla.
Hasta aquí mi reflexión; volveré a escribir cuando finalice el encuentro entre España y Portugal; que ya estarán haciendo cuentas: sin Italia ni Holanda y ahora con las horas bajas en que se encuentra España…
Pero ya les digo yo, que ahora más que nunca, contarán con el apoyo de todos; seamos del equipo que seamos, a partir de hoy, todos deseamos que gane nuestra selección; porque Españoles somos todos y nos sentimos orgullosamente representados por La Roja.
¡Tú puedes! ¡Vamos España, Vamos!