Redacción: Luis Miguel Plá.
El alero argentino ha concedido una entrevista a El País, en la que repasa la actualidad del equipo blanco. Nocioni recuerda con cariño la temporada pasada, llena de éxitos, pero advierte que todo empieza de cero este año y que hay que estar concentrado cada partido para poder repetir todos los títulos.
Racha negativa
«Las derrotas nunca caen bien. No es una situación para que salten las alarmas pero sí para tenerla en cuenta. Tuvimos muy poco tiempo de preparación como equipo y como grupo, pero aquí no valen esas excusas».
Una pretemporada sobre la marcha
«Sí. El año pasado también disputamos casi todos el Mundial, pero para muchos se hizo muy corto el torneo. Este año todos llegamos a las finales con una tensión altísima y eso ha hecho que estemos muy cojos de preparación. Esto nos obliga a plantear una temporada distinta».
Victoria en la tercera final de la Euroliga
«En las dos anteriores el Madrid hizo las cosas lo suficientemente bien como para ganarlas. Todas las finales se disputaron con la misma intensidad, ningún jugador ahorra energías en una final. Tuve la fortuna de estar en la que acabó mejor. Jugué muy bien y el equipo estuvo increíble, pero no sabría decir una razón».
Ayudó esa «rusticidad» al equipo
«Puede ser. La temporada pasada fuimos un equipo más duro y más fuerte, en el sentido físico. Eso fue un plus sin duda, pero para lograr estos éxitos también cuenta el talento y la calidad que el grupo ya traía».
Calificación a la temporada pasada
«Fue sin duda mi mejor temporada a nivel de clubes. Es un recuerdo increíble, es alcanzar lo máximo. Pero, de momento, los recuerdos son solo recuerdos y todavía no estoy para vivir de recuerdos. La cabeza tiene que trabajar en el presente. Cuando esté retirado ya tendré más tiempo para recrearme en esas cosas».
Evolución del equipo
«Va a depender de la adaptación de los nuevos. Los que ya estábamos tenemos el deber de mostrarles el camino, el lugar en el que están y cómo hay que hacer las cosas. Hay que dar al proyecto la energía y la contundencia que tuvimos el año pasado. En el baloncesto todo suma. Lo táctico se combina con la fuerza, con el físico, con la inteligencia y con la viveza criolla como decimos en Argentina».
Con 35 años y en este nivel
«Siempre me imaginé siendo un jugador competitivo hasta el final. Siempre fui ambicioso. Si hubiera pensado que lo tenía todo hecho me habría quedado en el Baskonia tranquilamente porque estaba cómodo, en un lugar que me gustaba, rodeado de gente que me quería y muy identificado con el equipo. Pero siempre fui de tomar riesgos y apostar. Cambié todo ese confort por venir a un lugar que igual que me salió muy bien podía haberme salido muy mal y haber desdibujado toda mi carrera».
La virtud para permanecer tantos años a este nivel
«La constancia. El trabajo de venir todos los días a entrenar, de ser el último en salir del gimnasio, de mejorar siempre el tiro, de resetear la cabeza después de cada mal partido… La cabeza es lo más importante en este deporte. Seguir y mirar siempre adelante. Mantenerse a un alto nivel a veces no solo es saber jugar bien al baloncesto, sino tener una cabeza dura y firme y no dejarse llevar con los años pensando que uno ya no sirve. El deporte ha cambiado muchísimo y los jugadores pueden tener carreras mucho más largas y sentirse mucho más jóvenes durante más tiempo».
Experiencia dentro de la pista
«La experiencia es elegir los momentos. Cuando era joven llegaba al entrenamiento y no paraba de hacer mates. El Vasco Aizpurúa y El Loco Montenegro, que estaban por los 35, me avisaban de que llegaría un día que no sería así y que me tendría que adaptar a la situación. A saltar menos pero seleccionar cada salto».
Veterano que da charlas y lidera dando ejemplo
«Trato de hacer las dos cosas, pero llega un momento que lo que tiene que ver con dar ejemplo con el físico es difícil. Yo no puedo hacer todos de los entrenamientos al cien por cien de intensidad. No es falta de ganas sino los tiempos de recuperación que marca la edad. Donde no llegan las fuerzas intento que lleguen las palabras para guiar a los jóvenes».
El valor de Pablo Laso en este equipo
«Es la persona que hace encajar todas las piezas, el que sabe cómo es cada uno. Se nota que ha sido jugador. Eso marca la diferencia. Hay entrenadores que tratan al jugador como un robot o como autómatas. Pablo trata a los jugadores como personas y así nos saca más».
Objetivos para esta temporada
«Ojalá podamos repetir los títulos más importantes del año pasado. La Copa de Europa sobre todo. Tiene un valor especial. Este Madrid está marcando una época, pero hay que ambicionar la posibilidad de ampliarla. Siempre se puede más».
Deseo que tiene por cumplir
«El deseo es poder retirarme tranquilo. Intentar cerrar mi carrera de la mejor manera y encontrar mi lugar fuera del baloncesto. Cuando esto se termine mi vida cambiará totalmente. Tengo que adaptarme a la vida normal y pensar qué quiero ser de mayor. Hay que preparar bien el retiro».