Redacción: Luis Alberto Reyes-La Tribuna Madridista
El Real Madrid ha cerrado la temporada en el Santiago Bernabéu con una victoria por 3-1 ante un combativo Espanyol en un partido para olvidar, pues el juego merengue ha sido francamente decepcionante.
Antes del partido se retiraba del calentamiento Cristiano Ronaldo, quien hace saltar alarmas de cara a la trascendental cita del próximo sábado en Lisboa. Isco ocupó su lugar en el once y Alonso en la convocatoria. La lesión del portugués pareció distraer a los blancos, que firmaron una de las peores primeras partes que se recuerdan en muchos años al adolecer de interés y de cualquier mínima intensidad necesaria para competir al máximo nivel.
El segundo tiempo comenzó con el cambio de Arbeloa por Carvajal, claro indicador que el lateral de Leganés será de la partida en la Final del sábado. Un buen pase de Benzema dejaba sólo a Bale ante Casilla y el galés no perdonó. Sin merecerlo, el Madrid se ponía 1-0 por delante. Poco después llegaba la lesión de Benzema, quien con molestias musculares dejaba su sitio a un Morata, que siempre trata de aprovechar los pocos minutos que le concede Ancelotti.
De aquí al final, poco fútbol y muchas ocasiones, especialmente por los visitantes, que vieron cómo un excelso Varane cortaba todas sus acometidas. Una contra letal del Madrid la remataba Morata a la red, era el 2-0 y parecía sentenciar el encuentro. Pero no fue así y un tanto de Pizzi ponía emoción al choque. Un gran corte de Modric evitó el posible 2-2 del Espanyol y a la jugada siguiente, una genial contra de Di María la finalizaba de nuevo Morata, que se reivindicaba ante los pitos que había escuchado previamente.
No hubo más, con una victoria, dos lesionados y muy malas sensaciones llegará el equipo blanco la semana que viene a Lisboa.