Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Gareth Bale marcaba dos goles contra el Levante. Tuvo que esperar nueve partidos para volver a saborear un tanto. Su última diana antes del doblete del pasado domingo fue un 24 de enero en Córdoba, y de penalti en el minuto 86. Su rencuentro con el gol ha coincidido curiosamente con la vuelta de Modric, que jugaba su primer partido de titular tras aparecer días antes en la segunda parte frente al Schalke.
Pero puede que no sea tanta casualidad y que el efecto de Modric en Bale sea más efectivo que el mejor tratamiento contra la crisis de juego y goles. Porque Modric se lesionó el pasado mes de noviembre y el galés se fue apagando con el paso de las semanas.
Con Modric en el equipo, Bale marcó cinco goles en Liga en 11 jornadas. Sin el croata, hizo también cinco dianas, pero en 16 jornadas. En la 20, contra el Córdoba, marcaría la última. Los dos únicos partidos de Liga en los que el galés ha hecho doblete han sido contra el Deportivo en Riazor, con Modric en el campo, y la jornada pasada en el Bernabéu. Los dos tantos nacen de una jugada del croata, en uno con un pase a Benzema y en el otro con una envío a Carvajal.
De sobra es sabido que el galés se ha apoyado en el croata desde que aterrizó el año pasado en el Madrid. Esta temporada, pese a que ya conoce al grupo, Luka sigue siendo su gran apoyo dentro y fuera del terreno de juego. Los dos se conocen bien desde la etapa en el Tottenham y el idioma fue además otro motivo más para que el galés se acercara a su compañero. Sin noción alguna de español, Luka era de los pocos en el vestuario que dominaba el idioma del extremo.
De la conexión de Bale y Modric en el campo no hay que dar demasiadas muestras. Es algo que el propio Ancelotti reconocía tras el triunfo ante el conjunto de Lucas Alcaraz. «La presencia de Modric da más profundidad a Bale para entrar en el juego. Se conocen bien, ya jugaron juntos en el Tottenham, y seguro que Bale está más cómodo con Luka en el campo», apuntaba el entrenador.
Bale ha recuperado la confianza y a su mejor socio justo ahora que llega el Clásico. Además, el galés se siente cómodo contra el eterno rival. Fue clave en la final de Copa de la temporada pasada con aquella histórica carrera por la banda que terminó en gol, y cree que puede explotar su velocidad y los espacios del Camp Nou. Tiene ganas de confirmar su mejoría.
Además, tiene a Luka, que es quien mejor sabe leer sus desmarques. En principio, Bale tendrá que ayudar a la medular pero intentará buscar la espalda de sus marcadores saliendo desde el medio y con pases filtrados de su gran socio, a quien por cierto admira: «Me ha ayudado mucho, me ha dado consejos y además ya es uno de los mejores del mundo».