Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Raúl debutó en el Real Madrid en La Romareda un 29 de octubre de 1994 a la edad de 17 años y 91 días. Su aparición revolucionó el panorama del fútbol español. En la Bundesliga, una competición acostumbrada a fabricar sus propias estrellas, Maximilian Meyer se estrenó en el Coface Arena con 17 años y 151 días. Fue el noveno debut más joven en la historia del fútbol alemán. Aunque su salto al estrellato se ha producido esta temporada, cuando el 26 de junio del pasado año heredó el mítico 7 de Raúl. Horst Heldt, director deportivo, subrayó cuando Raúl jugó su último partido con el Schalke, un 28 de abril de 2012: “Su dorsal estará un tiempo indefinido retirado”. La promesa duró un solo año. El precoz talento de Meyer y la idiosincrasia de club vendedor (véase los ejemplos deNeuer, Özil y muy posiblemente Draxler) vislumbran una operación multimillonaria para un futuro no muy lejano. Asignarle el ‘7’ no fue baladí.
El joven Meyer ha firmado ya dos renovaciones desde el pasado mes de mayo. La última, el pasado mes de diciembre, en la que extiende su contrato hasta 2018 con una cláusula de 25 millones de euros. El nuevo ‘7’ del Schalke mide 1,69, juega de mediapunta, incluso volcado a la banda izquierda pese a ser diestro y suma ya 34 partidos con el primer equipo del Schalke.
No parece que le pese la presión del dorsal. “Es un orgullo porque Raúl es el mejor jugador del mundo. Coger su dorsal con 17 años es lo mejor que me ha podido pasar en la vida”, reconoce el joven futbolista para AS. No olvida el día que el Schalke anunció el fichaje de Raúl: “Cuando era más pequeño siempre le seguía y la verdad es que me extrañó que se decantara por el Schalke al dejar el Real Madrid. Fue alucinante para todos”. Meyer fue elegido el mejor jugador del Europeo Sub-17 de Eslovenia en 2012, como en su día lo fueron Cesc (2004) o Toni Kroos (2006). Los mineros le ficharon en 2009 procedente del Duisburgo. Ahora tiene 18 años y es titular indiscutible para Jens Keller. Pero no jugar amor eterno al club. “No voy a jugar en el Schalke toda la vida”, sostiene. Sin ni siquiera haber debutado con la Sub-21 alemana, Joachim Löw estuvo el pasado viernes en el Veltins Arena, en el Schalke-Mainz, con vistas a convocarle con la absoluta. El poder del 7 y del talento precoz.