MARISCADA POR MARCAR

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

El gol de Anoeta le va a salir caro a Illarra. El centrocampista blanco se tendrá que rascar el bolsillo para pagar una apuesta. Suena raro que marque y la haya perdido, pero es que el bueno de Asier no confiaba mucho en sus dotes goleadoras. Así que no tuvo ningún reparo en jugarse con el grupo de fisioterapeutas del Real Madrid una mariscada a que no marcaba más de dos goles esta temporada. Pues bien, el que le hizo el sábado a la Real Sociedad fue el tercero, tras el que marcó al Xàtiva en Copa y al Elche en Liga. Por tanto, le toca pagar.

La estadística le ha jugado una mala pasada a Illarramendi. El jugador no había marcado ningún gol con la Real Sociedad en tres temporadas. Ni en Liga ni en Copa. Su casillero anotador estaba a cero tras 53 partidos con los donostiarras en Primera más dos de Copa del Rey. Ni tan siquiera con la selección había logrado romper con la sequía anotadora.

El dato era demoledor en favor del 24 madridista, que cuando le dijeron que marcaría más de dos goles no se lo pensó. Se vio ganador y estrechó la mano de sus fisios. La mariscada estaba en juego. Ocho meses después la ha perdido, aunque Illarramendi pagará la comida encantado de la vida.

También será una forma de agradecer a los fisioterapeutas todo el trabajo que hicieron con él durante un principio de temporada que fue especialmente complicado para él. Unas molestias musculares le estuvieron dando guerra durante la pretemporada y se pasó más tiempo en la camilla que en el terreno de juego. Un momento en el que pasó mucho tiempo bajo el tratamiento de los fisios, que con la apuesta, por muy arriesgada que fuese, quisieron animarle por encima de cualquier otra cosa.

Triplete
El tempranero estreno goleador de Illarramendi con el Real Madrid hizo albergar esperanzas a los apostantes. El 24 blanco marcó su primer tanto el 18 de diciembre en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey ante el Xàtiva.
Dos meses después, el centrocampista volvía a ver puerta ante el Elche en el Bernabéu, también abriendo el marcador. Su situación ya era límite y llegaron las bromas sobre que acabaría perdiendo la apuesta. Y así fue, el sábado en Anoeta llegó el triplete que le condenaba a perder la apuesta. Un gol que vale una mariscada.

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