Diego Armando Maradona ya descansa en paz en el cementerio de Bella Vista junto a sus padres, los cuales fallecieron años antes.
Más de un millón de personas acudieron a los alrededores de Casa Rosada para despedir a su ídolo. Ahí fue todo una locura, como el propio Maradona. Las lágrimas de tristeza por la pérdida del 10 se intercambiaban con escenas de violencia callejera a las puertas de la Casa Rosada.
El velatorio abrió paso primero a sus familiares, a la 1.30, hora argentina, para una despedida íntima. A Rocío Oliva, su última pareja, se le vetó la entrada, por otro lado, Claudia Villafañe no fue la única ex que fue a la Casa Rosada. Verónica Ojeda acudió junto a Diego Fernando, el hijo menor de Maradona. El hijo mayor, Diego Júnior, fruto de su relación con Cristiana Sinagra, no pudo salir de Nápoles debido al COVID. Su hija Jana, completó el circulo familiar.
Más tarde, a las A las 6.17 horas se abrieron las puertas al público y comenzó el caos. Se formó una caravana humana que llegó a medir 3,5 kilómetros. A todo esto, la mayoría de gente sin mascarilla y olvidando la distancia de seguridad.
De hecho, la Policía tuvo que intervenir e numerosas ocasiones y llegaron a lanzar gases lacrimógenos para disolver el enfrentamiento.
Maradona unió al ‘pueblo’ como ningún otro. Diego era Argentina en el mundo, nos dio muchas alegrías y nunca le vamos a poder pagar tantas alegrías. Hemos perdido al más grande de todos, al mejor de nosotros. No sé si alguna vez volveremos a tener otro Diego. Somos privilegiados porque fuimos una generación que vimos a Maradona, afirmó Alberto Fernández.
La familia de Maradona finalmente decidió retirar el féretro de la Casa Rosada sobre las 16.00 horas y lo trasladó a otro salón para garantizar su seguridad. Entre cánticos, camisetas, banderas, lloros se producía la salida del féretro de la Casa Rosada en dirección al cementerio de Bella Vista.