Redacción: Nerea Calvo-Manzano.
«Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite». Tal vez ese debería ser el lema que adoptase el Real Madrid desde hace unas semanas, tras el debacle en Sevilla, continuando por la vergüenza en el Clásico y los huecos abiertos en portería frente al Shakhtar. Ahora, a todo esto se suma un nuevo episodio desde el partido de ayer frente al Cádiz: los blancos pueden quedar excluidos de la competición copera por alineación indebida al quedar convocado Cheryshev y jugar como titular en el encuentro.
Estos momentos son los que realmente hablan del madridismo, una afición que siempre ha sido crítica con su club, algo que resulta respetable, pero siempre sin sobrepasar ciertos límites. Límites que a Jorge Calabrés, director de un medio tan influyente como es Bernabéu Digital, le importan más bien poco, como el club al que dice que pertenece.
«Noche frenética, triste y vergonzante para el madridismo»… Hay algo que sí que resulta realmente bochornoso para el verdadero y fiel madridismo, y es que el señor Calabrés no tiene reparos en ejercerse como un líder -cuando nadie le ha dado dicho poder- y concederse el poder de hablar en nombre de toda la afición. Una afición que seguramente dista mucho de las palabras y opiniones del director de Bernabéu Digital, con afirmaciones como que «hoy lo que está herido es el orgullo y el sentimiento de los madridistas». Señor Calabrés, un mensaje importante: los verdaderos madridistas tenemos voz propia, y no necesitamos que nadie retransmita nuestros pensamientos.
«Y no, el Real Madrid no perdió en Cádiz pero es que lo de menos fue el fútbol en el Carranza«; no, no creo que la afición blanca vaya a pasar por alto el tremendo error de una alineación indebida. De hecho, es un golpe bajo en el orgullo de todos los jugadores que ya estaban tratando de levantar cabeza tras las últimas semanas. Pero ayer, lo de más, fue el fútbol: dejando al margen la convocatoria de Cheryshev, el Real Madrid volvió a demostrar que está resurgiendo de sus cenizas, que sus delanteros están a punto, y los de medio campo también. Ayer se pudo volver a sentir la emoción al ver jugar a un club que realmente es merengue, y no como dicen ser otros que escriben sobre ello, cuyo sentimiento solo se realza si les llena la cartera quien ahora ha dejado de hacerlo.
Basta de falsos madridistas. En las buenas sí, pero también en las malas.