Redacción: Bea Mulet
El Santiago Bernabéu se llenó de aficionados (entre ellos, los Ultras) en el primer desafío del año: el partido de ida de octavos de final de Copa (Real Madrid-Sevilla)
Como afirma Marca, los Ultras Sur, que fueron en su día expulsados del coliseo blanco y tienen prohibida la entrada al estadio, aprovecharon la ocasión de ser Copa del Rey y haber un cupo para acabar obteniendo las entradas, compartiendo localidades con los sevillistas, y poder así volver a hacer sonar sus característicos cánticos, además de manifestar su deseo de regresar definitivamente: «Volveremos a ese fondo, volveremos otra vez»
El partido se desarrolló con normalidad, a excepción de que la policía tuvo que intervenir en un intento de agrupación de los Ultras, imponiendo multas de hasta 3.000 euros.