La crónica: Óscar/Latribunamadridista.com-Dailyball.blogspot.com
Comenzó ayer sábado el Mundial de basket de España aunque, como nos explicó magistralmente ayer Pablo Casado, parece más bien un torneo clandestino. En este carrusel de 12 partidos que ayer se disputaron vimos sufrir a Croacia y Turquía, pasearse a E.E.U.U., Grecia o Argentina, partidazos como el Australia-Eslovenia. Y por último, para seguir con el desprósito, el partido de España a la misma hora que los partidos de la liga de fútbol y el final del de E.E.U.U. Vamos, unos genios lo de Mediaset.
Nos habían preparado un debut facilito, ante una de las cenicientas del grupo (mañana tenemos a la otra) y a la espera de los partidos que nos van a decir donde estamos ante Serbia, Brasil o Una Francia que, aun con las bajas de Parker y Noah, todavía recuerda el baño que Collet le dio a Orenga en la semifinal del último europeo. Aunque seamos sinceros, darle un baño táctico a Orenga tiene el mismo mérito que ir a comprar una barra de pan. Y menos mal que el debut era facilito, porque contábamos con las bajas de Ibaka y Reyes, que nos dejan el juego interior algo cojo, con Claver como teórico tercer hombre interior.
El partido comenzó como comienzan todos los grandes torneos de España: Pau Gasol, y luego los demás. Parecía que este año su aportación no iba a ser tan determinante, ya que tanto su hermano Marc como Ibaka llevan un par de años a mejor nivel que él, pero con España siempre se crece. Eso sí, ver jugar a su hermano es un escándalo. Jugar en un equipo como Memphis le perjudique a la hora de que le veamos jugar, pero seguramente sea, junto a Joakim Noah, el jugador más inteligente en su puesto. Ver como bascula en defensa y como mueve el balón en ataque es una gozada. Si España se apoyaba en su pareja interior Irán lo intentaba con lo que podía, en su caso la línea de 6’75 y en Haddadi, su ex NBA. Liderados por Kamrani (16 puntos en el descanso) y el pivot intentaron mantener el ritmo anotador que imponían Pau y Navarro (19 y 10 puntos respectivamente), la cuestión es que en este juego anotar bien es solo la mitad del trabajo, la otra es defender. Para jugarle a España a un marcador alto hay que defender muy arriba y jugar agresivos. Y ahí los iraníes ya no peleaban tanto. Su zona parecía Madrid en agosto, y como hemos dicho los Gasol lo aprovecharon. Si además tenemos algún exterior enchufado, la misión de ganarnos parece imposible. Pero si ese exterior es Navarro apaga y vámonos. 33-48 fue el marcador al descanso.
En la reanudación del partido Irán intentó seguir jugando con un ritmo alto, pero empezó a notar algo que le suele pasar a este tipo de selecciones pequeñas: la falta de efectivos. A partir del séptimo, un jugador empieza a notar mucho el bajón de calidad, por lo que los titulares tienen que jugar más minutos y lo notan. Irán empezó a perder más balones, a hacer mucho peor el balance defensivo y a encontrar menos posiciones cómodas para tirar. Esto a España le vino de perlas. Empezó a jugar más al contraataque, Marc empezó a gustarse más y el nivel físico poco a poco empezó a agrandar la diferencia en el marcador, que al final del tercer cuarto ya llegaba a los 20 puntos (70-50). El último cuarto fué un pase, Irán bajó los brazos y España se fue a treinta, con un cuarto en el que los nuestros se dedicaron a gustarse.
Mejores jugadores: Pau Gasol (33 puntos, 7 rebotes y 42 de valoración) y Haddadi (16 puntos y 12 rebotes)