La mayor sorpresa en los últimos diez años

REDACCIÓN: Pablo Jiménez

La final de US Open la disputarán Kei Nishikori y Marin Cilic. No es un chiste, es lo que sucederá mañana en el Flushing Meadows de Nueva York. El japonés y el croata jugarán la primera final de un grande de sus carreras deportivas. Así, que habrá un nuevo ganador de Grand Slam. Muchos records se han roto con esta final. La más importante de todas es la ausencia del Big Four (Nadal, Federer, Djokovic y Murray) en la final de un grande. La última vez que esto sucedió fue en el Open de Australia del 2005 cuando el partido decisivo lo disputaron Marat Safin y Lleyton Hewitt.

 

La caída de los cuatro grandes se ha producido en un año dónde Wawrinka se coronó en Australia y cuándo parecía que el paso de los años ya empezaba a pasarle factura a Djokovic y compañía. En este US Open Djokovic se vio sobrepasado por Nishikori. El 6-4, 1-6, 7-6 y 6-3 demuestra que el japonés puede hincarle el diente a los grandes. Este año casi destroza a Nadal en la final del Master de Madrid. El gran torneo de Kei es impresionante. En octavos y cuartos derrotó tras duras a batallas a cinco sets a Raonic y Wawrinka y, ahora, se deshace de Djokovic con más facilidad de la esperada. Su proyección a sus veinticinco años no parece clara.

 

No sabemos si será flor de un torneo pero Nishikori tiene las armas para llegar más lejos todavía. El ya tiene un lugar en la historia. Es el primer jugador asiático en llegar a la final de un Gran Slam y puede crecer el interés por el tenis en un país tan importante y grande como es Japón. Su rival será Marin Cilic, un tenista que nadie esperaba en una ronda como la final de todo un Us Open. Si Nishikori es una sorpresa factible la del croata es un sorpreson mayúsculo sin precedente en esta última década del mundo del tenis.

 

Una trayectoria discreta, sin grandes resultados. Ese era el bagaje de Marin Cilic. Nishikori había llegado a la final de un Master 1000 este mismo y estaba realizando una buena temporada. Pero, el croata atesoraba sus mejores resultados a finales de 2009 y principios de 2010. Por eso, el alto rendimiento mostrado para derrotar en sets corridos a Federer (6-3, 6-4, 6-3) es un resultado sorprendente en un tenista que parecía que nunca llegaría tan alto.

 

Es pronto para afirmar que terminó una era en el tenis y que empieza una nueva. Puede que todo la acontecido en este torneo no se repita en los venideros pero lo que si parece claro que los que han dominado el ranking en los últimos años cada vez van a sufrir más para seguir ganando y ganando

 

Por lo primero, nos toca disfrutar de un partido de tenis que arroja sabia nueva. Una final que puede ser el comienzo de una nueva época.

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