Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
El fichaje de Odegaard ha quebrado al Castilla: en vez de potenciarlo, su llegada le cambió la marcha. Cuando aterrizó en la jornada 21 el equipo iba colíder (empatado con el Huesca) tras una gran remontada, y dieciséis partidos más tarde el Castilla es ahora noveno y sin opciones de ascender a falta de una jornada.
Odegaard alteró el feeling de un Castilla que de entrada no encajó bien la llegada de un minigaláctico (cobra 1,2 millones) de 16 años. Y el escandinavo no ha puesto de su parte, puesto que prefiere entrenarse con el primer equipo (lo exigió por contrato) antes que con el filial. Su mente está puesta en los mayores y su entorno espera que el debut llegue en la última jornada en el Bernabéu contra el Getafe si para entonces el Madrid ya no se juega la Liga.
El resultado es que se rompió la armonía: antes de su llegada el conjunto castillista sumaba el 58% de los puntos y desde que firmó la cifra ha caído al 37%. De haber mantenido su anterior promedio, el Castilla tendría ahora 65 puntos y disputaría el playoff.
La poca adaptación del noruego ha rematado un año de problemas en el Castilla. Ramón Martínez se gastó en el verano 1,6 millones por el ariete finlandés Markkanen, que sólo ha marcado dos goles, y luego Zidane fue incapaz de conseguir regularidad (el equipo estuvo en descenso seis jornadas) y montar un once. Ha utilizado 29 futbolistas. El galo, además, dejó el filial en manos de sus ayudantes para irse a hacer prácticas de su licencia de entrenador a Rennes, Marsella, Múnich y Turín…