ISCO «MARAVILLA»

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

Eran las 22.13 cuando el público del Bernabéu, embutido en esos chubasqueros de colores, se levantó de su asiento para despedir a Isco coreando su nombre.El malagueño cuajó, si no el mejor, uno de sus mejores partidos con el Madrid. Era el minuto 71′. Ancelotti le sustituyó por Illarramendi. Ahí acababa un día extraño pero feliz, muy feliz, para el 23.

De inicio, iba a ser suplente, pero una fuerte gastroenteritis dejó fuera de juego al argentino. Entre Isco e Illarra disputaban un puesto. Ganó el pulso el malagueño. Y formó en la foto del once inicial. El rival, además, le motivaba. El Borussia que el año pasado le dejó fuera de las semifinales de Champions con el Málaga.

Isco entró caliente al partido. Sabía que la noche no estaba para resguardarse de la lluvia. Y nunca dejó de pedir la pelota, de bajar a campo propio a buscar el cuero y acabar en situaciones de remate. En cuanto tuvo opción, acertó.

Había protagonizado un contragolpe de vértigo que no acabó en gol porque Isco miró a su derecha, por donde volaba Bale, en vez de a la izquierda, donde esperaba Cristiano. El rechace le cayó a Xabi, balón para Isco y con el interior, pegadita al poste, un gol muy suyo. Cuando tiene opción en la frontal, es prácticamente gol.

El Bernabéu coreó su nombre, síntoma de lo bien que casa su fútbol de salón con el aficionado madridista. Nunca le quemó el balón en los pies, por muchos alemanes que le rodearan. Solo perdió cuatro balones… y recuperó 10. Una cifra llamativa tratándose de un jugador tan ofensivo.

Ancelotti quiere hacer de él un Seedorf. Y con partidos como el de ayer, no va desencaminado. Isco hizo ayer su décimo gol de la temporada, el tercero en Champions. No marcaba desde el 22 de febrero contra el Elche. La espera mereció la pena.

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