Redacción: Nerea Calvo-Manzano.
Quedan poco más de 24 horas para el encuentro posiblemente más emocionante de lo que llevamos de temporada. En él se encontrarán a un Barcelona con su estrella principal, Leo Messi, recién incorporado a la plantilla, y no en su mejor forma física; y a un Real Madrid al que no le salen las cuentas: si no ganan, los culés les llevarán ya 6 puntos de ventaja sobre la tabla liguera clasificatoria.
Los merengues no se pueden permitir errores de aficionados: los últimos partidos bajo el mando de Benítez mostraban un equipo que jugaba bastante a la italiana, con dificultades para superar la mitad del campo, y recluidos con el objetivo de no encajar gol. Por otro lado, las estadísticas también muestran una de las mayores debilidades en los de la capital: el juego a balón parado es una de sus asignaturas pendientes (recordemos que así recibieron dos goles ante Las Palmas y Sevilla).
Tampoco puede ser Leo Messi el que traiga de cabeza a la defensa blanca: el argentino no es la única estrella en punta de los catalanes, y el hecho de centrarse solamente en su figura puede dar rienda suelta a la imaginación y juego de Neymar y Luis Suárez.