Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Asier Illarramendi afronta un tramo de temporada casi definitivo en su trayectoria en el Real Madrid. Al mediocentro le ha llegado la hora de dar un golpe encima de la mesa ahora que Xabi Alonso le ha dejado hueco para crecer y Sami Khedira se ha lesionado y estará de baja mes y medio. Es el ahora o nunca para un jugador que ha dejado más dudas que certezas desde que se presentó con su cuadrilla en el palco del Bernabéu.
Llega el Atlético al Bernabéu, uno de los partidos en los que el curso pasado Ancelotti le dio la manija al vasco. Sin embargo, Illarra fue sustituido al descanso (0-1 final). Un escenario similar en otro de los choques más complicados del anterior ejercicio, el susto de Dortmund. El 24 jugó de inicio, pero ya no volvió del vestuario tras la primera parte.
Pero hubo una tercera vez. Contra el Valencia cuando el Madrid todavía peleaba por la Liga. Salió de inicio, pero con 0-1 tras los primeros 45, se quedó en la ducha. Un episodio que por repetitivo es sintomático. En los momentos más delicados de la temporada, Asier, lejos de imponerse, fue el primer sacrificado.
Inédito en Lisboa
Llegada la final de la Champions, con Xabi sancionado y Khedira recién recuperado, Ancelotti tampoco apostó por el de Mutriku. Vio la Décima desde el banquillo. Este verano se especuló con una posible salida, pero Carlo quiso que se quedara. El tiempo ha dado la razón al italiano. Ha perdido efectivos en el centro del campo y Asier debe ser importante. Ahora queda que Illarramendi le dé la razón a su entrenador.
Hasta ahora, el ex de la Real apenas ha jugado cinco minutos esta temporada, contra el Sevilla en la Supercopa de Europa. De aquello han pasado ya cuatro semanas, un mes sin volver a vestirse de corto en ninguno de los otros cuatro partidos oficiales disputados hasta el momento.
En Anoeta estuvo calentando durante casi toda la segunda parte, viendo desde la banda el naufragio de sus compañeros, sin que Carletto se decidiera a hacer los tres cambios. Su ex afición le coreó con no muy buenas palabras, lo que no fue impedimento para que días después se fuera a una comida con sus ex compañeros y amigos de la Real.
Illarramendi supuso una de las grandes apuestas del Real el año pasado, cuando fue contratado por 30 millones después de que se proclamara campeón de Europa sub 21. El curso pasado disputó un buen puñado de partidos, 49, 27 de titular, con tres goles marcados.
Ahora, 14 meses después de su llegada, ha llegado el momento de que se imponga definitivamente. Hasta la vuelta de Khedira, tiene seis semanas para ocupar la silla antes de que se le acabe la música. Contra el Atlético, primera oportunidad.